Similar comportamiento se detecta en el período del mandatario Óscar Berger, cuando del 2004 al 2006 la ejecución de los primeros cinco meses estuvo entre 28.9% a 32.5%, y en el cuatro año (es decir el 2007) se registró en 36.27%.
En tanto, en el gobierno de Álvaro Colom, el primer y segundo años (2008 y 2009) estuvo 33%, el tercer año (2010) tuvo una fuerte subida y llegó a 36.5%, mientras que el cuarto año de mandato que el electoral, la ejecución llegó a 37.23% (la más alta de los últimos 12 años.
Claudia García, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), afirma que ese comportamiento es normal en cada período de gobierno.
“El gasto se incrementa sustancialmente”, ya que hay que ejecutar más obras, comentó. A su criterio eso sucede “porque la memoria de corto plazo de los guatemaltecos hace que recordemos las obras más recientes”, por lo que manejan presupuestos se enfocan en promocionar y que la población sepa que están trabajando.
“El último año se ejecuta todo lo que no se ha ejecutado durante el tiempo de gobierno”, indicó la consultora.
Sin embargo, García dijo que este año la coyuntura es diferente por la crisis política y que ha hecho que los ciudadanos exijan que se ejecute el gasto en forma adecuada, además de que el gobierno busca cubrir las crisis.
Promoción o gasto social
“Tal parece que los ministerios se están dedicando a realizar la campaña electoral del gobierno”, es una de las conclusiones del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) al analizar la ejecución del gasto social de enero a mayo del 2015.
Enrique Maldonado, analista del Icefi, refirió que los programas imprescindibles para el mejoramiento del desarrollo humano “no muestran una ejecución adecuada, caso contrario aquellos que pueden tener un manejo clientelar, como la compra de alimentos”.
En el análisis, el Icefi cuestiona que en varios de los ministerios se notan altas ejecuciones en los programas que denominan “del consumo adecuado de alimentos” y que dicho instituto menciona como “un obvio manejo clientelar del programa en año electoral”.
En el Ministerio de Educación este programa ha gastado el 49.5% del total vigente Q733.4 millones, en el de Agricultura el programa aumentó Q90 millones y tiene una ejecución de 54.4%, mientras que en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) lo gastado es de 60.6% (es decir Q79.7 millones de Q131.4 millones), detalla el informe elaborado por Maldonado.
El Ministerio de Salud, refiere el analista, tuvo un aumento de presupuesto a Q915 millones, de los cuales Q785 millones se asignaron al programa denominado de “Combate a la Desnutrición”, “pero en realidad es compra de alimentos, un programa clientelar en época electoral”, agregó.
En cambio, cuestionan otras medidas, ya que detectaron que los programas que califican de “insignia de esta administración”, entre ellos el del desempeño académico en lectura y matemática, solo han ejecutado el 7.5% de su presupuesto.
Otros programas como los de combate a la tuberculosis y a la desnutrición crónica solo han ejecutado 20.4% y 23.8%, respectivamente, y el de prevención de la mortalidad materna y neonatal, 26.2%
En programas de asistencia para el mejoramiento de los ingresos familiares y de asistencia financiera rural, la ejecución llega solo a 14.3% y 25.1%.