En ese entonces se encontraba todo listo en las instalaciones del Estadio Mateo Flores para el desarrollo del partido internacional entre las selecciones de futbol de Guatemala y Bermudas.
El encuentro era parte de las eliminatorias para asistir a los Juegos Olímpicos de 1968, en México.
El representativo guatemalteco estaba al mando de los entrenadores César Viccino Nuñes y Afro Geronazo. En ese juego se desconocía el potencial de la selección de futbol caribeña, pues solo se tenía referencia de ella por los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, donde dieron la sorpresa al empatar sin goles con la Selección Mayor de México.
Amargo empate
Los 35 mil espectadores que apoyaron a la Selección Nacional de Futbol, los cuales se dieron cita en el coloso de la zona 5, salieron defraudados, debido al pálido empate 1-1 que la escuadra nacional sacó a los visitantes. Contaron con un juego abrumador pero poco efectivo.
Los precios de las entradas fueron de Q5 para palco, Q1 tribuna y cincuenta centavos para la general. Los niños pagaron medio boleto en todas las localidades.