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“En el mar la vida es más sabrosa”

Durante las elecciones generales del 2003, diputados de distintas bloques que buscaban continuar en el Congreso, visitaron los departamento que representaban para ofrecer o hacer obras a su convenencia.

Este fue el caso del legislador Arístides Crespo Villegas, quien lleva varios periodos en el Legislativo, postulado por diferentes partidos políticos.

Crespo, diputado por el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) tarareaba entonces con gran emoción y tranquilidad la pegajosa melodía “En el mar la vida es mas sabrosa”.

Por eso reflejaba radiante felicidad, y esto se debía a que “gracias a su apoyo” los pescadores del Zanjón El Chilate, Puerto de Iztapa, Escuintla, lograron la construcción de una barra que “facilitó” el trabajo de los éstos.

En ese entonces, varios vecinos se quejaron de la construcción, la cual fue mal hecha, por lo que representó un peligro para los habitantes.

Esto poco preocupó a Crespo. Lo único que le importaba era que gracias a esta barra, salvó su chalé, el cual estaba a punto de ser absorbido por el mar.

Ahora su terrenito ya tiene una salida más amplia.

Este tipo de obras electoreras abundan en el país. Al nomás dar el Tribunal Supremo Electoral el silbatazo para la campaña electoral, empiezan a surgir proyectos disfrazados de obras sociales.

Por ejemplo, puentes, caminos y agua entubada son parte de las promesas de los políticos. También es risible encontrar monumentos a legisladores o políticos que se han congraciado con su lugar de origen. Estos adefesios incluyen quioscos, o bustos o estatuas mal hechos.

Todo sea por los más necesitados.

Cosas de la política…

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