El acuerdo en ciernes ha estado detrás del deterioro de las relaciones entre ambos políticos en los últimos años, y de la crisis de confianza personal a raíz de una visita de Netanyahu a Washington el pasado marzo en plena campaña electoral en Israel para exponer su tajante oposición al acuerdo.
En una postura casi sin precedentes, Obama se negó a recibir al dirigente israelí alegando que con ello interferiría en las elecciones israelíes y prometió que lo recibiría después de los comicios si es que los ganaba.
Además, el viaje estuvo apadrinado por líderes republicanos del Congreso que invitaron al primer ministro israelí a hablar sobre el acuerdo que la Casa Blanca trataba de sacar adelante con Teherán, lo que fue interpretado por el presidente estadounidense como un intento israelí de interferir en la política exterior de Washington.
El diario israelí señala hoy que el previsto viaje servirá para reconstituir las relaciones personales entre Obama y Netanyahu, rehabilitar la cooperación bilateral y garantizar el apoyo de Washington a Israel en foros internacionales.
También conjetura que Netanyahu pedirá a Obama un incremento en la asistencia militar para que su país pueda hacer frente a las amenazas que Israel ve en el acuerdo con Teherán.