Miriam Castillo, jueza vocal que dio lectura al fallo absolutorio, resaltó que existieron deficiencias e incongruencias en la investigación del Ministerio Público (MP), además que los testigos presenciales no sindicaron a Camacho Aguilar en la escena del crimen.
El tribunal ejecutó en fallo provisional la libertad del acusado, recuperándola horas después de su absolución.
El Ministerio Público (MP) lo señaló de atacar a unos jóvenes, el 15 de marzo de 2014, en una cantina en el sector 2 La Ciénaga, de Cajolá, Quetzaltenango, en compañía de dos personas más que no han sido individualizadas.
Dentro del negocio se encontraba Federico Juárez Escobar y Mario Gómez Díaz, ambos de 19 años, quienes decidieron salir pero Camacho junto a sus acompañantes dispararon en contra de ellos.
Juárez falleció en el Hospital Regional de Occidente tiempo después de su ingreso a consecuencia de perforaciones de bala en la espalda, mientras que Gómez se recuperó de una herida en el abdomen.
Una de las pruebas que sustentaba la acusación del MP fue un casquillo recolectado en la escena del crimen al momento de hacerle el análisis, ya que reflejó que fue percutado con el arma que está registrada a nombre del sindicado, pero no fue la que le segó la vida a la víctima.
Durante el debate, Camacho en su declaración aseguró no conocer a las víctimas y que el día del incidente, al pasar por la cantina dentro de su vehículo, escuchó disparos ante lo cual él decidió disparar al aire, pero aseguró que era inocente.
Información extraoficial da cuenta que Camacho se dedica a trasladar de manera ilegal a personas hacia Estados Unidos y que al parecer fue una rencilla entre él y sus víctimas la que originó el ataque, extremo que nunca se comprobó.
Crímenes impunes
En lo que va del año la Fiscalía no ha logrado comprobar cuatro asesinatos en tres procesos distintos, por lo que los crímenes han quedado impunes, ya que los acusados han sido declarados inocentes.