“Ésta es una súplica vehemente para que el barrio diga algo y colabore”, dijo Craig, de pie a pocos metros de una silla para niño pequeño y una mesa. “Estos son terroristas urbanos. Somos afortunados de no tener ningún niño pequeño ecuperándose de una herida de bala”.
Los residentes se han mostrado renuentes a cooperar con la policía, admitió el jefe policíaco, al parecer preocupados de que ello los ponga en peligro. “Comprendo el temor pero ¿vamos a permitir que estos terroristas urbanos se apoderen de nuestra ciudad?”, preguntó Craig.
“Esto debe terminar. Estamos luchando fuerte pero no podemos hacerlo solos”. Señaló que agentes estaban desplegándose el domingo por el barrio ubicado en la parte oeste de la ciudad. “Hablen. Digan algo. Su silencio es inaceptable”, enfatizó Craig. “Alguien va a hablar”. Cuatro mujeres y siete hombres resultaron heridos en la balacera, el mayor de ellos de 47 años.
Todos se encontraban el domingo en condición estable en hospitales o de regreso en su casa, indicó. Según el jefe de policía, el joven fallecido de 19 años había sido baleado y herido recientemente, y se cree que el intercambio de disparos del sábado fue una venganza.
La doble cancha de baloncesto es administrada por el contiguo Centro Comunitario Dexter-Elmhurst, dijo Helen Moore, presidenta del grupo privado que administra el centro.
“Es una buena comunidad” , comentó Moore. “Sé que hay personas en la comunidad que saben lo que ocurrió y tienen miedo de hablar” . “Yo no le temo a nadie sino a Dios”, agregó