Economía

Finanzas personales: estas son las trampas mentales que frenan el ahorro

Los sesgos cognitivos y de otras barreras socio-culturales dificultan abordar el tema del ahorro con la responsabilidad necesaria a fin de procurar un mejor futuro, opinó Julio Lavalle, especialista en temas de finanzas personales y creador de dos aplicaciones tecnológicas de administración financiera.

Julio Lavalle fue el conferencista invitado en el Webinar organizado por BancAprende de Bantrab con apoyo de la Universidad del Valle de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía Bantrab)

Julio Lavalle fue el conferencista invitado en el Webinar organizado por BancAprende de Bantrab con apoyo de la Universidad del Valle de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía Bantrab)

Lavalle visitó Guatemala en el marco del Webinar organizado por BancAprende del Banco de los Trabajadores con apoyo de la Universidad del Valle de Guatemala, quien compartió con estudiantes, profesores y profesionales sobre varios temas financieros.

Los cinco temas que abordaron fueron: Cómo hacer un plan de gastos, mejorar la manera de planificar objetivos financieros, cómo buscar servicios financieros de acuerdo a determinados perfiles, búsqueda de instrumentos de inversión y cuáles son las trampas mentales de la economía conductual que impiden el ahorro.

En este último tema el profesional compartió cómo esas trampas mentales que se refieren a sesgos cognitivos y emocionales, influencian de manera significativa en las decisiones financieras.

“Más allá de los cálculos y números, es cómo entender el comportamiento y saber que se toman decisiones no racionales”, expresó el profesional.

Lavalle explicó que una de las trampas mentales en las que se ha enfocado en los últimos años es el tiempo que invierten los usuarios en las redes sociales.

En Latinoamérica un usuario gasta al menos 5 horas en redes sociales a la semana, esto quiere decir que observa más de 400 anuncios semanalmente de distintos productos, servicios y ofertas que son lanzadas, y por este bombardeo constante, es difícil tomar decisiones financieras sanas.

“Es difícil poder alcanzar objetivos financieros cuando se tiene ese bombardeo constante, hay una trampa mental que se llama el sesgo del presente”, enfatizó.

Por ejemplo, cuando se tiene un objetivo en el futuro, como ahorrar para la jubilación o crear un fondo de emergencia para los próximos 5 o 10 años, no se ve tan atractivo como comprar un par de zapatos que estarán en oferta por dos días o 2 por el 50%.

El Banco de los Trabajadores lanzó en marzo pasado el Programa de Educación Financiera llamado BancAprende, y estará organizando eventos en temas de educación financiera. (Foto Prensa Libre: Cortesía Bantrab)

“Esas promociones utilizan el conocimiento del sesgo cognitivo de los usuarios. Saber que no necesito algo ahora, pero tengo un objetivo más claro en el futuro. Sin embargo, la gratificación no es inmediata y no genera la adrenalina del presente”, resaltó Lavalle.

La clave está entonces, en hacer atractivo y motivar algo que se ahorrará para el futuro, cuál será la recompensa pequeña en el presente para seguir ahorrando para el futuro.

Usar la aversión a la pérdida, normalmente cuesta más según economistas conductuales, quienes encontraron que cuesta más y casi el doble perder algo que ganar algo en el mismo nivel.

“Cuesta pagar por algo que estamos perdiendo, en vez de ganar la misma cantidad”, enfatizó el especialista.

Las 3 trampas mentales

  • Autocontrol: hoy no, mañana |Cuesta ahorrar para el retiro; las tentaciones son muchas y el tiempo para ver los frutos del esfuerzo es muy largo. Las personas tienen la tendencia a aplazar sus decisiones de ahorro porque consideran que el presente es más importante. La razón de este comportamiento es la falta de autocontrol. Sin embargo, hay que sobreponerse a esta tendencia y mentalizarse de que lo que se haga ahora, tendrá un impacto en el futuro.
  • Inercia: que me lo den hecho | La tendencia generalizada de las personas es dar por buenas las opciones por defecto y no realizar acciones por sí mismas.
  • Aversión a la pérdida: antes tenía más | Lo que cuenta no es el valor absoluto, sino el valor relativo con respecto a la situación inmediatamente anterior. Se recomienda el ahorro progresivo: empezar con cuantías menores al principio, que no supongan un esfuerzo muy brusco, para ir reservando cantidades cada vez mayores a lo largo de los años.

Solo conociendo los mecanismos del propio comportamiento, estos se pueden contrarrestar a través del pensamiento reflexivo. Vale la pena informarse adecuadamente, pensar en cómo se quiere vivir cuando llegue la edad del retiro y actuar en consecuencia. Así se garantizará un futuro tranquilo y sin sobresaltos financieros.

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