Durante un encuentro con preguntas con sacerdotes de 90 países en la basílica de San Juan de Letrán, Francisco explicó que había recibido de nuevo una propuesta para ponerse de acuerdo con los cristianos coptos, ortodoxos y protestantes para celebrar la Pascua juntos en una fecha fija.
Esta cuestión no es una novedad puesto que ya se planteó durante el Concilio Vaticano II (1962-1965) y se dijo que una posible fecha de consenso podría ser el segundo domingo de abril de cada año.
La “Sacrosanctum Concilium” (1963), la constitución conciliar sobre la liturgia de Pablo VI también trató este asunto y en ella se aseguraba que la Iglesia católica no se oponía a que la fiesta de Pascua, cuando se celebra la Resurrección de Cristo, se fijase en un domingo determinado.
Francisco,disponible a celebrar la Semana Santa en fecha fija si hay acuerdo con los ortodoxos http://t.co/OZ5ozy6FVV pic.twitter.com/OLRG0Z9yrp
— Primeros Cristianos (@1osCristianos) June 25, 2015
“La Iglesia católica está dispuesta, desde el beato Pablo VI, a la fecha fija, a renunciar al primer solsticio después de la luna llena de marzo”, explicó el papa en aquella ocasión, al recordar que católicos y ortodoxos celebran la Pascua en fechas distintas porque siguen calendarios diferentes.
Francisco, en la reunión con sacerdotes del 12 de junio, señaló: “esto es un escándalo” y bromeó al recordar que se suele decir: “¿Cuándo resucita tu Cristo? Mi Cristo resucita hoy y el tuyo la semana que viene”.
“Lo más definitivo va a tener que ser una fecha fija, qué se yo, supongamos, segundo domingo de abril”, agregó.
Francisco, también en tono de broma, dijo que si sigue la tradición, desde el Concilio de Nicea, año 325, se decidió que la Pascua de Resurrección se celebrase el domingo después de la primera luna llena que siguiera al equinoccio de primavera, 21 de marzo, “corremos el riesgo de festejar la Pascua en agosto de aquí a 60 años”.
“O sea que, tenemos que ponernos de acuerdo”, agregó.
Sin embargo el presidente del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, Claudio María Celli, explicó el miércoles desde Bilbao que es una hipótesis que ve “muy difícil”.
“Lo veo muy difícil, no por parte nuestra, sino más bien por las iglesias ortodoxas”, aclaró monseñor Celli durante su visita a la ciudad vasca.
Concluyó que “las grandes iglesias ortodoxas, como el patriarcado de Moscú, no son favorables”.