De momento no habría víctimas francesas, según el ministro francés de exteriores, Laurent Fabius. El primer ministro británico David Cameron dijo que su país debía “prepararse a que haya muchos británicos entre las víctimas del salvaje ataque”.
Después del atentado, cometido por un estudiante tunecino y condenado en todo el mundo, el primer ministro de Túnez, Habib Essid, afirmó que unas 80 mezquitas acusadas de “incitar al terrorismo” serían cerradas, y anunció que iba a recurrir a los reservistas del ejército para reforzar la seguridad en los “lugares sensibles”.
El presunto autor del atentado, el peor en la historia reciente del país, había escondido su arma en una sombrilla, haciéndose pasar por un turista más. El atacante disparó a la gente que había en la playa y después entró en el recinto del hotel Riu Imperial Marhaba de Port el Kantaoui, cerca de Susa, 140 kilómetros al sur de Túnez, para matar a las personas que tomaban el sol o se bañaban en las piscinas.
Este ataque coincidió también con una oleada de atentados registrados el mismo día en Kuwait, donde murieron al menos 27 personas en un atentado reivindicado también por el EI, y en Francia, donde una persona fue decapitada. Estas acciones se produjeron tres días antes del primer “aniversario” del “califato” proclamado por el EI en los territorios que ha conquistado en Siria e Irak.
Turistas evacúan Túnez http://t.co/evtCGgt0ob
— gabriel birkhann (@gabrielbirkhann) June 27, 2015