“Compartiendo el sacrificio con los acreedores, podremos salir adelante”, dijo el gobernador de Puerto Rico, la isla que, asfixiada por falta de liquidez tras años de crecimiento económico negativo, busca evitar un default que empeoraría su situación.
García Padilla instó a Washington a modificar “ahora” la ley de quiebras para permitir a este estado libre asociado norteamericano de 3.5 millones de habitantes declararse en bancarrota, algo que en la actualidad le está prohibido.
Para negociar la moratoria, García Padilla nombró un grupo de trabajo conformado por los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, así como otros altos funcionarios, que también tendrá como tarea hasta agosto delinear un plan de ajuste fiscal para sanear la economía puertorriqueña.
García Padilla indicó que el plan debe incluir recortes en algunos servicios, aumento de la recaudación fiscal y mayor cooperación con la empresa privada, entre otros.
Pero el gobernador aseguró que no está dispuesto a recortar en sectores como educación o reducir el salario mínimo. “Defenderé los empleos como un objetivo principal en este proceso” aseguró.
“No vamos a permitir que la pesada carga de la deuda heredada nos arrodille. No podemos permitir que nos obliguen a escoger entre pagarles a policías, maestros y enfermeras, o pagar la deuda. Otro camino es posible, agregó el gobernador.