Rodada en las laderas del volcán Pacaya, Ixcanul –“volcán” en lengua cakchiquel — cuenta la historia de María (María Mercedes Coroy), una joven de 17 años, y su traumática entrada a la vida adulta. Aborda además el cruento tema de la trata de niños robados al nacer para su adopción por familias ricas.
“Lo que me interesaba mostrar es cuáles son los elementos para convertirse en la víctima perfecta” del robo de niños, explicó Bustamante a la AFP.
“Puede ser una mujer indígena, soltera, que cae en el hospital u otras mil maneras. Padece la discriminación por ser indígena y no estar casada”.
El director, de 37 años, ya estrenó varios cortometrajes, entre ellos Cuando sea grande (2011), tras formarse en París y Roma en el arte de hacer cine, luego de un pasaje por la publicidad en Guatemala, adonde regresó para su primer largo.
La habilidad narrativa del filme de 90 minutos consiste en ir de lo contemplativo –con el volcán como telón de fondo aunque sin caer en el paisajismo — a un drama humano y policial que atrapa al espectador.
– Ni panfleto, ni folclore –
La película evita la trampa de la conmiseración étnica porque –como otros cineastas de su generación — Bustamante transmite un respeto casi obsesivo por la realidad que está filmando.
“Había en el filme una denuncia, pero yo no quería que fuese un panfleto. Había una etnia, pero quería evitar lo folclórico. Y había una familia, pero no quise occidentalizarla para que la película fuese internacional”.
Recurrió a actores no profesionales (Manuel Antún, Justo Lorenzo) que nunca habían afrontado una cámara, excepto María Pelón –Juana, madre de la protagonista — que tenía experiencia en teatro y que “es como un volcán, con toda la energía del mundo”.
“Después de dos meses y medio, María Pelón me preguntó si ensayábamos tanto porque yo no le tenía confianza. Yo le contesté que no, que ensayábamos tanto porque yo necesitaba aprender a dirigirlos. Desde ese día me dijo: Ah bueno, pues si es así, le enseñamos, y la relación se volvió mucho más simple.”
– Expresar más con menos –
En lo formal, Bustamente esgrimió la falta de recursos que le impusieron las circunstancias como arma expresiva.
“No teníamos fondos, ni ayuda, la gente que llevamos de afuera, a pesar de que se les pagó lo mínimo, realmente le echó hasta el alma”.
“En ciertos momentos –explica Bustamante–, los hándicaps te ayudan mucho. Yo sabía de qué manera iba a rodar porque sabía las limitaciones que tenía, entonces eso me llevó a ser más económico en la narración”.
La trama se resuelve con elipsis, que cada vez abarcan pedazos más grandes del hilo narrativo, hasta la resolución final, en apenas un plano.
“Quería que la peli fuera in crescendo” , explica Bustamante. “Qué le pasa a esta mujer, qué es lo que siente, qué es lo que piensa, y cómo con total dignidad asume lo que le toca vivir, porque no hay otra manera. Es un tipo de cine en el que vos mismo, cuando estás haciendo tu peli, estás buscando respuestas, más que dándolas” .
Ixcanul es la primera producción de dos mujeres, la guatemalteca María Peralta (La Casa de Producción, del propio director) y la argentina Pilar Peredo, para Tu Vas Voir, radicada en Francia.