AI también dedicó un apartado a los conflictos de tierras que hay en Guatemala y subrayó que “ante el temor por el impacto sobre sus medios de vida, las comunidades continuaron oponiéndose a proyectos hidroeléctricos y mineros tanto existentes como propuestos, y protestaron por la falta de consulta al respecto”.
“Persistió la preocupación por el hecho de que la legislación propuesta para aprobar la concesión de estas licencias no cumplía las normas internacionales y no abordaba las inquietudes de las comunidades indígenas y rurales sobre la ausencia de consultas y de consentimiento libre, previo e informado”, dice el informe.
El documento concluye con un apartado que denuncia “durante el año, persistieron los ataques, amenazas e intimidaciones contra defensores de los derechos humanos y contra periodistas”.
Además, el informe indica: “persistió la impunidad por el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad perpetrados durante el conflicto armado interno entre 1960 y 1996”.
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de siente millones de personas que trabajan en favor del respeto y la protección de los derechos humanos.
Su misión consiste en realizar labores de investigación y acción centradas en impedir y poner fin a los abusos graves contra todos los derechos humanos.
Con información de Carlos Álvarez