La licenciada Marta Arrivillaga de Carpio, esposa de la víctima fue llevada a la parte trasera del juzgado, desde donde vió a siete reclusos con gorras pasamontañas para comprobar si se podría encontrar alguna similitudo con los asesinos. La señora expresó que algunos tienen cierto parecido, especialmente en cuanto a estatura y complexión física.
Vicio en el proceso
Una serie de vicios en el proceso que se sigue por el asesinato del licenciado Carpio fue denunciado por el licenciado Guillermo Porras Ovalle, uno de los abogados de la parte acusadora.
Explicó que por no haber estado las armas no se pudo hacer un expertaje de las ojivas encontradas en los cadáveres. Asimismo, por la misma razón se está entorpeció la investigación.
La Policía Nacional les informó que sí consignó las armas, las cuales fueron entregadas en el juzgado de paz de Chichicastenango.