El religioso considera que en el caso de las niñas se exponen a violaciones, al negocio de la trata de personas, prostitución, muerte y otros riesgos al pasar por el desierto.
Agrega que la causa estructural del problema es la pobreza extrema y porque no se ha ratificado el tratado de reubicación familiar por parte del gobierno estadounidense, que de hacerlo, permitiría el reencuentro de estos niños con sus padres. “Los menores no acompañados buscan a sus papás y mamás que están en Estados Unidos”, aseguró.
El obispo explicó que pese a ser un tema prioritario y de urgencia para los hispanos, no hay una reforma migratoria integral con “rostro humano” por parte de la administración del presidente Barack Obama.
Érick Villatoro, delegado departamental de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), resaltó que el Estado de Guatemala no tiene capacidad para atender la llegada de menores indocumentados procedentes de Estados Unidos a través de sus diferentes instituciones.
Agregó que la institucionalidad no puede garantizar una atención de calidad a la población infantil en su territorio y menos a quienes vienen en calidad de repatriados, y que ya han sido afectados con la violación de sus derechos humanos y vejámenes en el tránsito hacia Estados Unidos, a donde han viajado de forma ilegal.
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