El jubilado quería recuperar parte de la pensión de su mujer, que sufre problemas de salud, y tras cruzarse con tres bancos cerrados, finalmente dio con una sucursal abierta.
En Grecia, sólo algunas sucursales están abiertas esta semana únicamente para los jubilados, mientras las otras permanecen cerradas hasta el pasado martes en el marco de un control de capitales.
Pero los empleados del banco, “me dijeron que no podía obtener el dinero”, entonces “me desmoroné”, indicó Shatzifotiadis, sin precisar el motivo de esta negativa.
Las imágenes en las redes sociales
En ese momento, un fotógrafo de la AFP, impresionado por la situación, inmortalizó el momento: el jubilado de Tesalónica lloraba sentado en el suelo fuera de la sucursal bancaria, con su libreta de ahorros y su cédula de identidad por tierra.
El hombre y su mujer, como muchos griegos del norte del país, trabajaron varios años en Alemania, país blanco de las críticas de los griegos por su intransigencia en la crisis griega y desde donde su mujer recibe la pensión.
“Trabajé muy duro en una mina de carbón y en la fundición”, explica el jubilado de 77 años. Actualmente, “veo a mis conciudadanos mendigar algunos céntimos para comprar pan, veo los suicidios aumentar. Yo soy una persona sensible, no puedo soportar ver a mi país en este situación”, subraya.
“Tanto Europa como Grecia han cometido errores. Debemos encontrar una solución”, asegura Shatzifotiadis.
El jubilado aún no sabe si participará en el referéndum del domingo sobre las medidas de austeridad propuestas por los acreedores (UE y FMI) de Grecia, ya que no tiene el dinero para acudir a su colegio electoral situado “a 80 kilómetros de Tesalónica”. A no ser que “mis hijos me lleven en su coche”, añade.