El retiro de la bandera lucía impensable antes de la matanza de nueve miembros de una congregación — incluido un senador estatal — en una iglesia afroamericana de Charleston. Dylann Roof, un hombre blanco que aparece en fotografías portando una bandera confederada, está acusado de la masacre, que es definida por las autoridades como un delito racial.
El atentado revivió el debate por el retiro de banderas y símbolos confederados a lo largo de Estados Unidos. Los asistentes gritaron “USA, USA” —las siglas en inglés de Estados Unidos— mientras la bandera descendía a manos de la guardia de honor de la Patrulla Estatal de Caminos, en una ceremonia que duró seis minutos.
La gobernadora, Nikki Haley, se mantuvo de pie en los escalones del Capitolio y no emitió comentarios, aunque agradeció con la cabeza cuando uno de los asistentes le gritó: “Gracias gobernadora” .
South Carolina taking down the confederate flag – a signal of good will and healing, and a meaningful step towards a better future.
— President Obama (@POTUS44) July 10, 2015
Dos patrulleros enrollaron la bandera y la ataron con un cordón, antes de entregarla a un patrullero negro, quien la llevó hasta la escalinata del capitolio. La gobernadora aplaudió al momento que el agente entregó el estandarte a un archivista estatal.
Minutos después del arrío de la bandera, el presidente Barack Obama tuiteó: “Una muestra de buena voluntad y sanación y un importante paso hacia un futuro mejor” . Obama fue el responsable de la elegía en uno de los funerales del senador estatal Clementa Pinckney, quien era el pastor en la iglesia donde ocurrió el tiroteo.
La bandera fue llevada por una camioneta al Museo Militar de Reliquias Confederadas, ubicado cerca del lugar. Ahí será desplegada, eventualmente, en un altar de varios millones de dólares, que los legisladores prometieron como parte del acuerdo para aprobar la propuesta sobre el arrío del estandarte.
Líderes de Carolina del Sur izaron la bandera sobre el domo del capitolio estatal por primera vez en 1961, como marco del centésimo aniversario de la Guerra Civil. Permaneció en el lugar para representar la oposición oficial al movimiento de los derechos civiles.
Décadas después y ante las protestas masivas, los legisladores votaron en el 2000 para trasladar la bandera a un asta de 10 metros de altura en un monumento confederado frente al Capitolio. Muchos pensaron que permanecería ahí, sin embargo, ahora también derribarán el asta en una fecha aún por definir.