Ingleses ofrecen ayuda
El ofrecimiento económico para llegar a un acuerdo sería para la independencia de Belice, para que Guatemala abandonara el reclamo del territorio en disputa.
Mientras tanto, el ejército guatemalteco era puesto en alerta, en tanto las tropas Inglesas eran aerotransportadas a Belice.
El canciller británico viajaría a Venezuela para llevar a cabo nuevas conversaciones y evitar la posibilidad de un choque armado entre Guatemala y tropas británicas.
Varios convoyes militares con tropas de infantería, aeroplanos y embarcaciones de la marina británica fueron apostadas frente al territorio guatemalteco. La Cancillería informó que ello se debía al aumento de los efectivos guatemaltecos en la frontera de Petén con Belice.
Las fuerzas inglesas acampadas en Benque Viejo, próximo a Guatemala, llegaron a mil 500 hombres, de una dotación regular de mil hombres.
Los funcionarios manifestaron en una ronda previa de conversaciones que se llevó a cabo en abril de 1976 en Nueva Orleáns que la corona puso sus condiciones, que incluían cooperación económica en el contexto de la independencia de Belice y el acceso de Guatemala al Mar Caribe.
Guatemala afirmó que desde hace 150 años tiene derecho sobre Belice y amenazó con invadirlo si Gran Bretaña le otorgaba total independencia sin atender los reclamos guatemaltecos de soberanía.
Guatemala rechaza compensación
El presidente KjellLaugerud García, al conocer sobre la ayuda que los ingleses ofrecieron el 12 de julio de 1977, de inmediato rechazó la propuesta económica.
El canciller, Adolfo Molina Orantes, en declaraciones a los periodistas informó que en ningún momento el gobierno aceptaría fórmula alguna que condujera a desconocer los legítimos derechos históricos y jurídicos de Guatemala sobre Belice.
Los periodistas le plantearon en ese entonces a Molina Orantes que tenía que informar a los guatemaltecos sobre las conversaciones sostenidas con los ingleses en la última ronda de negociaciones.
En lo referente a la compensación económica ofrecida por Gran Bretaña, Molina Orantes informó que no era específica y reiteró que fue rechazada, por no haber sido congruente con los intereses de la Nación.
Molina Orantes se abstuvo de hacer comentarios sobre la continuación de la amenaza inglesa con la presencia de aviones y el buque de guerra anclado en costas beliceñas.