Los diseñadores fueron Rafael Pérez De León, Luis Ángel Rodas y Enrique Riera, y la obra estuvo dirigida por Arturo Bickford.
En el interior del Palacio se encuentran innumerables piezas dignas de admiración, magníficas decoraciones con las técnicas de Carlos Rigalt Anguiano y Rodolfo Galleoti Torres, y excelsos detalles en madera fabricados por los talleres Mini y Minondo & Cordón. Al recorrer las instalaciones se puede apreciar, asimismo, el gran lujo de sus patios y pasillos diseñados con diferentes estilos arquitectónicos.
El Palacio, ahora a cargo del Ministerio de Cultura y Deportes, ofrece visitas guiadas. Vale la pena, pues de esa manera se conoce parte de la rica historia del país.
Salón de Recepciones
Se encuentra al centro, el escudo nacional, con un quetzal disecado, dos fusiles Remington y dos espadas. También hay una lámpara que pesa 2.5 toneladas, tiene 143 focos y está adornada con cristal bohemio —traído de la antigua Checoslovaquia—, bronce y laminilla de oro de 24 quilates. La cúpula tiene 14 metros de diámetro y está adornada con polvo de oro, tal como las columnas.
Los vitrales del lado oeste representan la época Precolombina, y los del lado opuesto, la Colonial. En el ala norte se sitúa el balcón de orquesta, y al sur, el de la marimba. En este salón se celebran los actos protocolarios del Gobierno.
Murales
En la fotografía, en primer plano, el mural “El choque”, que representa la lucha entre indígenas y españoles. Al fondo, dos murales que representan la literatura clásica de dos mundos distintos: a la izquierda, el Popol Vuh; a la derecha, El Quijote de la Mancha. Otros murales que datan de 1944 adornan el Palacio, todos obra de Alfredo Gálvez Suárez.
En vidrio
Todos los vitrales del Palacio son obra de Julio Urruela Vásquez. Los que se encuentran en el Salón de los Banquetes —en la foto— representan las virtudes que debería tener un gobierno: progreso, paz, trabajo, libertad, justicia, honestidad, concordia, orden, educación y fortaleza.
Detalles
En la construcción del Palacio se utilizó óxido de carbono y de zinc, lo cual le da el característico color verde. El edificio es de cinco pisos —incluidos el sótano y la terraza—, y cuenta con mil 116 lámparas de bronce, de diferentes tamaños y estilos, y con 221 relojes suizos marca Erickson.