En la actualidad el proyecto, a cargo de la empresa Industrias de Biogás, S.A. (Inbio), está autorizado desde abril pasado para generar 1 MW, según el Administrador del Mercado Mayorista (AMM).
Desde mayo último este proyecto sumistra un megavatio de energía a la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A. (Eegsa), indicó Jorge Alonso, gerente de la distribuidora.
Impacto
El metano (CH4) se forma cuando la materia orgánica se descompone en condiciones de falta de oxígeno, también se produce en procesos de la digestión y defecación de los animales herbívoros.
Es el segundo compuesto que más contribuye al calentamiento global de la tierra, con 15%; el primero es el dióxido de carbono, con 76%, según datos publicados por el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes de España.
Carlos Rodas, gerente de planificación de Eegsa, dijo que el suministro empezó en mayo recién pasado y forma parte de la diversificación de la matriz energética que se impulsa desde el 2008 para sustituir combustibles fósiles.
Rodas explicó recientemente que un proyecto hidroeléctrico que fue adjudicado en una de las licitaciones de largo plazo tuvo retrasos y ya no se concretó, por lo que este hizo una cesión de derechos para la planta de biogás obtenido del basurero y se convirtieron en proveedores.
Los contratos de largo plazo son por 15 años.
La generadora se encuentra ubicada en la zona 7, a un costado del vertedero, y la forma de operar es que se instalan varios pozos en el relleno sanitario y por medio de su tubería se obtiene y traslada el metano.
“Se aprovecha el metano que se produce en el basurero de forma natural por los desechos orgánicos”, explicó Rodas.
Los expertos refieren que el aprovechamiento del gas ayudará a disminuir el impacto al ambiente.
A pesar de que el proyecto es pequeño, su producción se refleja en la matriz energética desde mayo.
Según el monitoreo mensual de junio, que emite la CNEE, el biogás aparece con 0.02% del total de la generación de ese mes.
Otros recursos como la solar aparecen con 0.99%; eólica, 1.56%; geotérmica, 2.18%; hidráulica, 36.07%; carbón, 28.76%; biomasa 13.81%; búnker, 16.58%, y diésel, 0.03%.
Clasificación
El proyecto del vertedero está inscrito como Generación Distribuida Renovable (GDR), en la cual se pueden incluir las plantas que funcionan con recursos renovables (eólica, geotérmica, hidráulica y solar).
El biogás está incluido dentro de la biomasa, según la clasificación de la CNEE. Puede tener un máximo de capacidad de 5 megavatios y se debe conectar a instalaciones o redes de distribución.
La municipalidad capitalina informó en agosto del 2005 que “como parte de los proyectos para modernizar el manejo de desechos sólidos” autorizó que se empezaran las pruebas de bombeo para explorar la producción de metano en el mencionado lugar.
Informó además que esa exploración la realizaban en forma conjunta con la Agencia de EE. UU. para la Protección del Medio Ambiente y la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional.
Ejecutivos de Imbio, S. A., informaron en el 2011 a Prensa Libre que trabajaban en la elaboración del proyecto.
En esa ocasión estimaban que podría tener capacidad para generar electricidad por 4.8 MW, que serviría para proveer a varios usuarios y se habló de una inversión estimada de US$5 millones por medio de un consorcio español. La inversión actual es española.
Cálculos refieren que el relleno sanitario de la zona 3 recibe cerca de mil a mil 500 toneladas de basura al día.
En el 2011 la empresa dijo que estaban interesados en hacer estudios en el vertedero Las Periqueras, en Amatitlán.
Prensa Libre contactó a los encargados del proyecto, pero indicaron que aún no brindarían declaraciones al respecto.