Pese al hecho de que Israel es señalado por estos motivos “desde hace años”, los abusos continúan lo que “no sería difícil de remediar si el gobierno israelí se comprometiese seriamente”, añadió la organización.
HRW se basó en el testimonio -fotos incluidas- de cuatro niños de Jerusalén Este, ocupada por Israel, de 11, 12 y 15 años, así como en el de una adolescente de 14 años y el de un chico de 15 años que viven en la Cisjordania ocupada, arrestados por soldados y policías israelíes entre marzo y diciembre del 2004.
Frente a estos testimonios, el Ejército y la Policía israelíes rechazaron volver sobre cada caso concreto, limitándose a afirmar que respetan los procedimientos en cada detención “informando a los niños de sus derechos”, aseguró la oenegé en defensa de los Derechos Humanos con sede en Nueva York.
El ejército israelí, contactado por la AFP, no hizo comentarios de inmediato.
HRW se reunió con Rachid S., de 11 años, que dijo haber recibido “puñetazos y patadas” para forzarle a firmar confesiones en hebreo, que no entendía. Cuando le arrestaron en noviembre, la policía israelí le lanzó una granada ensordecedora antes de cubrirle la cabeza con un saco oscuro. Acto seguido fue forzado a permanecer durante una hora en el exterior, con el torso descubierto y bajo temperaturas invernales.
La ONG precisó tener las fotografías de la detención y de las contusiones en las piernas del chico, confirmando su relato.
La ONU y las oenegés denuncian habitualmente los malos tratos del ejército de Israel contra los niños palestinos. Todos los años, entre 500 y 700 de ellos comparecen delante de los tribunales militares israelíes, según Defence for Children International.
Según Unicef, la ley israelí es la única en el mundo que permite juzgar a niños a partir de los 12 años delante de un tribunal militar.