De acuerdo con residentes, los vecinos que logran cumplir el denominado sueño americano prometen, como parte de su fe católica, contribuir con la reconstrucción del templo, en el que se deben invertir unos Q7 millones.
La religiosidad de unos 300 migrantes de Joyabaj se refleja en US$60 mil —Q457 mil 200—, fondos que han sido invertidos en la restauración de la iglesia, que data de la época colonial.
Rufino Joj, párroco de la localidad, dijo que los aportes de los connacionales residentes en Estados Unidos son importantes para la comunidad católica, quienes no pierden las esperanzas de volver a utilizar el templo, que se ubica en el centro del municipio.
“Gracias al esfuerzo de los hermanos migrantes y al de sus familias, se hace posible la edificación de la casa de Dios”, resaltó Joj.
Largo camino
Luego del terremoto, fue edificado un templo provisional, pero con el paso del tiempo la restauración del edificio quedó en segundo plano, por lo que después de 39 años aún se utiliza esa estructura.
Joj indicó que los trabajos que se efectúan son: la construcción de las paredes laterales y los arcos de las bóvedas, pues la fachada fue restaurada por el Instituto de Antropología e Historia.