Ambos aparecen en las imágenes abandonando el templo instantes antes de que lo haga el principal sospechoso, vestido con una camiseta amarilla, después de depositar la mochila que presuntamente escondía la bomba que causó la masacre.
Horas antes de entregarse los dos sospechosos, el jefe de la Policía tailandesa, Somyot Poompanmuang, había expresado la sospecha de que en el ataque participaron diez individuos que contaron con la complicidad de “ciudadanos tailandeses”.
Según el portal del canal estatal Thai PBS, Somyot considera que un número indeterminado de “ciudadanos tailandeses proporcionaron explosivos y ayudaron en la operación de huida” a quienes planificación y perpetraron el atentado.
Somyot no descartó que al menos parte de los autores del ataque fueran extranjeros, aunque fuentes de la junta militar que gobierna el país califican de “improbable” que el grupo pertenezca a alguna red de “terrorismo internacional”.
Tres días después de producirse, nadie ha reivindicado aún el más mortífero acto terrorista registrado en Tailandia.
En tanto, El Gobierno de Tailandia consideró hoy “improbable” que el terrorismo internacional esté detrás del ataque que el lunes mató a 20 personas en el centro de Bangkok.
En una intervención televisiva, el portavoz de la junta militar tailandesa, el coronel Winthai Suvari, precisó que el Gobierno había llegado a esa conclusión después de que “nuestros servicios de seguridad hayan consultado con los de algunos países aliados” .
La declaración se produjo poco después de que las autoridades no hubieran descartado la participación de extranjeros en la preparación y ejecución de la matanza.
El jefe de la Policía tailandesa, Somyot Poompanmuang, había expresado horas antes la sospecha de que el ataque fue planeado por una red de diez individuos que contaron con la complicidad de “ciudadanos tailandeses”.
Según el portal del canal estatal Thai PBS, Somyot considera que un número indeterminado de “ciudadanos tailandeses proporcionaron explosivos y ayudaron en la operación de huida” a quienes planificación y perpetraron el atentado.
Las autoridades habían limitado hasta hoy la operación de búsqueda a tres sospechosos grabados por las cámaras de seguridad del templo donde detonó la bomba que provocó la matanza, dos de los cuales se entregaron voluntariamente esta noche a la Policía.
Se trata de dos jóvenes que defienden su inocencia alegando que son guías turísticos y que, según muestran las imágenes del vídeo, abandonan el templo instantes antes de que lo haga el principal sospechoso, vestido con una camiseta amarilla, tras depositar la mochila donde presuntamente se hallaba el explosivo.
En línea con la postura de Somyot, el portavoz de la policía local, Prawut Thavornsiri, había señalado en declaraciones a Efe que se desconocía si esos tres sospechosos eran tailandeses o extranjeros.
“Tampoco sabemos si se esconden en el país o han huido a otro” , admitió Prawut.
El portavoz policial agregó que las autoridades piensan que, en todo caso, el ataque había sido planeado con más de un mes de antelación.
Y que el objetivo no era matar a ciudadanos de China, país de nacionalidad de la mayoría de víctimas extranjeras.
A pesar de los fuertes controles de seguridad desplegados en aeropuertos y puntos fronterizos, la misión de captura de los sospechosos no había dado resultado tres días después de la masacre, que continúa sin reivindicación.