Algunos inmigrantes se muestran en desacuerdo y expresan su indignación y hasta temor por la manera como políticos republicanos como el magnate Donald Trump se refieren a sus hijos, como es el caso de Noemí, una salvadoreña con seis meses de embarazo y que no quiso revelar su apellido por motivos de seguridad.
“Muchas personas pueden decir es que viniste a tener hijos y eso te va a poder ayudar a arreglar tus papeles. Realmente no es así, uno viene acá a luchar”, dijo esta joven de 24 años, quien llegó a Estados Unidos hace 16 meses huyendo de una amenaza y debió permanecer en un centro de detención.
“Como seres humanos nos enamoramos, queremos tener familia, queremos tener hijos, no estoy de acuerdo con los políticos que dicen que las inmigrantes nada más vinieron a tener hijos”, explicó.
VIDEO: Trump attacks Jeb Bush on on the term 'anchor baby' and Iraq: http://t.co/XiU6Gs6eV6
— The Associated Press (@AP) August 26, 2015
La expresión “bebés ancla” (anchor babies) alude a los hijos de mujeres indocumentadas embarazadas que dan a luz a sus hijos en el país, los cuales se convierten de manera automática en ciudadanos estadounidenses tal como garantiza la Enmienda 14 de la Constitución de EE. UU. para los nacidos en EE. UU.
La controversia sobre los “bebés ancla” en la actual campaña presidencial surgió cuando el precandidato republicano Donald Trump propuso estudiar la manera de eliminar la concesión automática de la nacionalidad a estos recién nacidos, dado que en su concepto ello promueve la inmigración ilegal.
La polémica se incrementó cuando el también precandidato del mismo partido Jeb Bush, casado con una mexicana, utilizó el término, lo que le mereció críticas de la aspirante a representar el Partido Demócrata en los comicios, Hillary Clinton.
Son muchos juristas los que se han mostrado en desacuerdo con la propuesta, y señalan que iría en contra de la tradición histórica de este país con sus inmigrantes.
Para el abogado de inmigración Fernando Romo, la controversia de los “bebés anclas”, término que surgió en la década de 1980, se alimenta por la desinformación.
“Una de las cosas que muchas personas no entienden, y no se ha oído mencionar durante esta campaña presidencial, es que para los bebés anclas no es tan fácil arreglarles la situación migratoria a los papás”, afirmó.
Romo explicó que bajo las actuales leyes de inmigración una indocumentada puede obtener residencia permanente a través de la petición de su hijo si ingresó al país legalmente, y cuando este cumpla 21 años de edad.
Este fue el tiempo que tuvo que esperar la centroamericana Margot Marroquín. Aunque llegó en 1986 legalmente como trabajadora agrícola, la inmigrante pasó tiempo después a ser una indocumentada al vencerse su permiso de trabajo.
“Yo lo tuve porque fue fruto de mi amor, no lo tuve por agarrar papeles”, relata Marroquín sobre su hijo, José Rafael Arcos.
Marroquín tuvo conocimiento hace tres meses que finalmente logrará regularizar su situación migratoria gracias a su hijo, tras permanecer como indocumentada en EE.UU. 24 años.
“Según el Centro Pew solamente 300 mil niños por año nacen en Estados Unidos y solo el 7% de ellos tienen un papá o una mamá que están aquí de forma indocumentada, no es una gran cantidad” , manifestó Romo, quien cree que la polémica es solo un movimiento político.
No obstante, Noemí teme que la polémica pueda afectar el futuro del bebé que carga en su vientre.
“Es un derecho de los niños que nazcan aquí, que puedan tener todas las oportunidades que los demás puedan tener”, opinó.