Deportes

José Manuel Contreras siempre está de pie

Esa imagen indescriptible del 23 de mayo, en la que corría y celebraba el hexacampeonato crema con vitalidad es la misma que desea que se repita una y otra vez, pero que después de más de tres meses se ha quedado congelada junto con la camisola blanca, que no se ha vuelto a poner.

El volante crema trabaja todos los días en la clínica Physia —fisioterapia avanzada—, para recuperarse de la pierna derecha y de la espalda. (Foto Prensa Libre: Eddy Recinos)

El volante crema trabaja todos los días en la clínica Physia —fisioterapia avanzada—, para recuperarse de la pierna derecha y de la espalda. (Foto Prensa Libre: Eddy Recinos)

Para José Manuel Contreras, un luchador natural, es difícil hablar del tema, esa sensación de impotencia y rabia por no poder jugar todavía con su equipo hace que prefiera evitar el tema y refugiarse en la confianza que el cuerpo médico, su fisioterapista, compañeros, amigos y familia le transmiten.

Cansancio y frustración

El último partido que jugó fue con la Selección Nacional, el 12 de julio, frente a México —Copa Oro—. Antes de ese encuentro había tenido precaución en algunos entrenamientos; se sentía cansado y creía que era parte de la acumulación de minutos con los cremas y con la Bicolor. Esa noche, en Phoenix, no fue como se esperaba. Aunque volvió a jugar como volante mixto y se sintió cómodo, salió expulsado.

Desde ese día no se ha vuelto a poner la camisola, ni de su equipo y menos de la Sele. Después de las vacaciones de 10 días y sin pretemporada, se unió a los albos para trabajar el reacondicionamiento físico junto a Andrés Lázaro. Todo estaba listo para que debutara en la tercera jornada, frente a Suchitepéquez; pero por precaución se atrasó el debut una fecha más, contra Antigua GFC.

Sin embargo, ese 13 de agosto, en un interescuadras, tuvo una sensación rara en la pierna derecha. Apenas trabajó 20 minutos, y sabía que debía salir por precaución. Una contractura lo tiene fuera y rompió su ilusión de volver a jugar y de estar listo para ser parte de la Selección —clasificación mundialista a Rusia 2018—, que ahora trabaja para enfrentar a Antigua y Barbuda.

Momentos complicados

Su historia con la Bicolor ha tenido momentos duros, como en la eliminatoria a Brasil 2014, dirigido por el técnico paraguayo Éver Hugo Almeida. Para el juego frente a Jamaica —8 de junio 2012—, estaba en recuperación, pero jugó el segundo tiempo. Dos meses después, en Washington, frente a Paraguay —15 de agosto—, solo disputó el primer tiempo, porque debió ser operado del apéndice.

Ya para el 7 de septiembre, José Manuel se reportaba listo. Su regreso fue forzado, pero estuvo para el partido clasificatorio al Mundial de Brasil frente a Antigua y Barbuda —actuó 71 minutos—; y para el de vuelta, el 11 de septiembre, jugó todo el encuentro.

Ahora no podrá estar frente al mismo rival, y se perderá los dos partidos del 4 y 8 de septiembre. Se siente triste, pero resignado, sabe que no debe forzar, porque eso lo podría dejar fuera por más tiempo. “Dios sabe por qué pasan las cosas; lo importante es estar tranquilo”, dice con nostalgia.

José Manuel también ha vivido momentos difíciles con su equipo, para la conquista del tetracampeonato —Clausura 2014—, y se perdió casi toda la clasificación del torneo después de una operación en la rodilla derecha, la única en su carrera, pero llegó a la fase final y fue determinante para salir campeón.

La recuperación

Esa contractura, aunque lo tiene un poco desesperado, no detendrá al Moyo. Desde el día en que sintió la molestia, buscó a su fisioterapeuta, Marta Beatriz Pineda, su fiel compañera en las recuperaciones y quien lo ha tratado desde que comenzó su carrera futbolística.

Cada día, después del entrenamiento con los albos, se dirige a la clínica Physia —fisioterapia avanzada—. Allí lo esperan Marta Beatriz, el médico Fernando Ubico y las asistentes Gabriela Alarcón, Alejandra Luna y Nancy Muñoz, para cuidar cada detalle de su recuperación.

La terapia dura alrededor de hora y media, la cual consta de trabajo con hielo, láser, ultrasonido y electrodos sobre el músculo isquiotibial. Para ello, Pineda trabaja ahora con el dynamic tape —lo más reciente—, para prevenir una nueva lesión o desgarre.

La técnica utilizada con hielo sirve para determinar en dónde se ubica la lesión, el láser para reducir los puntos con mayor dolor, el ultrasonido ayuda a cicatrizar internamente y los electrodos para dar estimulación a la pierna —corriente eléctrica—.

La cinta que utiliza Contreras le permite rematar el balón, “porque tiene dinamismo al movimiento del paciente”. En estas dos semanas ha utilizado dos, y lo hará durante el tiempo que lo necesite.

De acuerdo con la fisioterapeuta, el problema de la recarga muscular sufrida se debe a una mala postura, y también tiene problemas en la espalda, por lo que deberá trabajar el resto del año.

“José ha tenido una buena evolución, porque es un paciente que cumple con lo que se le pide. Las terapias requieren tiempo, y él cumple con ello”, comentó Marta Beatriz, quien explica que la manera de pararse de Contreras hace que sea recurrente la lesión, y que en eso trabajan.

Marta Beatriz dice que el tratamiento que implementan con Contreras se basa en lo aprendido en los cursos de Víctor Fonseca, fisioterapeuta del Real Madrid, con quien compartió este año en México. “En el futbol, el principal problema es que se utilizan las terapias de forma curativa, cuando debe ser de prevención. En cada equipo se debería de tener fisioterapeutas —el Real Madrid cuenta con nueve—, porque hay que cuidar más al atleta”, dice la fisioterapeuta.

José Manuel está listo para volver. Hoy debió haber jugado sus primeros minutos en el estadio Verapaz, pero la reprogramación del encuentro entre Comunicaciones y Cobán evitó que el 10 blanco volviera a mostrar su magia.

ESCRITO POR: