El plano de la Nueva Guatemala de la Asunción fue trazado por Marcos Ibáñez y aprobado en noviembre de 1778, pero las primeras construcciones reales y eclesiásticas empezaron entre 1776 y 1777.
Predominó la arquitectura neoclásica, estilo que se usaba entonces en España; atrás quedó la línea barroca de la ahora Antigua Guatemala. Con la llegada del nuevo arzobispo Cayetano Francos y Monroy, en 1779, recibieron un impulso definitivo las obras arquitectónicas eclesiales, y se empezó por el primer Palacio Arzobispal y una catedral temporal (hoy templo de Santa Rosa), que aún permanecen en la 8a. calle y 10a. avenida, zona 1.
La actual Catedral Metropolitana se comenzó a construir en 1782, fue abierta en 1815 y en 1821 aún no tenía los campanarios.
En todo caso, el apoyo de la Iglesia fue buscado con insistencia por los dirigentes independentistas, pero se encontraban con el problema de que los obispos, antes de asumir sus diócesis, realizaban un juramento de fidelidad a la corona española.
En 1811 llegó a Guatemala el arzobispo Ramón Casaus y Torres, un dominico español destacado por su férreo tradicionalismo doctrinal y opuesto a la Independencia.
El 15 de septiembre de 1821, Casaus se retiró antes de que se firmara el Acta, aduciendo que era opuesta a sus principios. No obstante, el 20 de septiembre juró la Independencia, por el bien y el servicio a los fieles cristianos que tenía encomendados.
Otras edificaciones religiosas que existían en esa época y aún perduran son el templo y parte del Convento de Santo Domingo (construidos entre 1792 y 1808), el convento de Belén (1778-1797), el templo de Capuchinas y el templo La Merced que fue erigido en 1813.