Estudios previos ya habían apuntado a que algunos cambios en el estilo de vida, como una mejora de la dieta y el ejercicio regular, pueden retrasar la manifestación del alzhéimer.
Los investigadores se han basado en los datos de 1.394 pacientes cognitivamente normales que se sometieron a pruebas neuropsicológicas cada dos años durante una media de catorce años.
Dentro de ese grupo, 142 personas desarrollaron la enfermedad y, entre ellos, aquellos con un mayor Índice de Masa Corporal a los 50 años sufrieron los primeros síntomas del mal de Alzheimer antes que el resto.
A partir de 191 autopsias, los científicos también comprobaron que la obesidad en la mediana edad está asociada con daños neurológicos en el cerebro relacionados con el alzhéimer.
Conclusiones
“Estos resultados son importantes porque añaden una cantidad importante de conocimiento sobre la relación entre la obesidad y el alzhéimer, pero sobre todo indican que mantener un Índice de Masa Corporal saludable desde la mediana edad puede contribuir a que se produzca un efecto protector para la aparición del mal décadas después” , afirmó Madhay Thambisetty, principal autor del estudio.
Para el científico, son necesarias nuevas investigaciones que involucren a un mayor número de pacientes para determinar el IMC concreto a partir del cual comienza a elevarse el riesgo de una manifestación temprana del alhzéimer.
Los autores del estudio subrayan que los resultados estadísticos de esta investigación no profundizan en los mecanismos que hacen que el sobrepeso y la obesidad influyan en la aparición de la enfermedad.