Davis salió del centro de detención Carter el martes del brazo de su abogado y del precandidato republicano a la presidencia Mike Huckabee mientras miles de seguidores la ovacionaban y agitaban cruces blancas mientras en el fondo un coro de 150 personas cantaba. Algunos entre la multitud cantaban “Gracia asombrosa” y “Dios bendiga a América”.
“Solo quiero darle la gloria a Dios. Su pueblo se ha reunido y ustedes son un pueblo fuerte”, dijo la secretaria a la multitud al salir de la cárcel con las manos en alto como un boxeador victorioso mientras sonaba atronadoramente la canción “Eye of the tiger”, tema de la película “Rocky”.
Davis se ausentará un par de días del trabajo para pasar tiempo con su familia y volverá a trabajar el viernes o lunes, de acuerdo con un comunicado enviado por correo electrónico por Carla Bansley, vocera de Liberty Counsel, la firma de abogados católicos que representa a Davis. El comunicado no indicaba si Davis permitiría que su oficina siguiera entregando licencias.
Su oficina en el tribunal del condado Rowan en Morehead abrió a las 8 de la mañana del miércoles como tradicionalmente lo hace. Había tres personas manifestándose con carteles. El vicesecretario, Brian Mason, dijo que la oficina entregaría licencias a quien quiera que las solicitara.
El juez federal David Bunning, que ordenó que la secretaria del condado de Rowan fuera llevada a prisión, anuló el fallo de desacato contra Davis al decir que estaba satisfecho porque sus subordinados han cumplido con su obligación de entregar licencias a parejas del mismo sexo. Pero el juez Bunning también advirtió a Davis que no interfiriera.
Apelando a la “autoridad de Dios” y su creencia profunda de que el matrimonio gay es un pecado, Davis dejó de emitir licencias de matrimonio en junio después de que la Corte Suprema dictara que las parejas gays tienen el derecho constitucional de casarse en cualquier lugar de Estados Unidos.
Dos parejas homosexuales y dos heterosexuales la demandaron. Bunning le ordenó a Davis emitir las licencias y la Corte Suprema ratificó su fallo. Pero aun así, se resistió y fue detenida por desacato a la corte y llevada a la cárcel esposada, lo que provocó protestas de miembros de la derecha religiosa.
El encarcelamiento de Davis le ha ofrecido a muchos precandidatos presidenciales republicanos la oportunidad de atraer a la facción evangélica cristiana del partido, que se opone al matrimonio gay y vio el encarcelamiento de Davis como un tema de libertad religiosa.
Davis, de 49 años, se ha negado a renunciar a su trabajo por el que percibe US$80 al año. Como funcionaria electa sólo puede perderlo si es derrotada en las urnas o es destituida por el congreso del estado.
Katherine Franke, profesora en la escuela de derecho de la universidad Columbia, dijo que la legislatura debe hallar la forma de despedirla porque ha ignorado su juramento como funcionaria para inclinarse por sus convicciones religiosas.