“Quiero estudiar para ser una doctora y poder ayudar más a mis papás a comprar lo que necesitamos, pues con lo que ellos ganan a diario no alcanza, pero lamentablemente por el momento no puedo ir a la escuela porque ellos no tienen recursos”, contó María, la mayor de los seis hijos que integran la familia.
Jorge, 8, estudia el tercer grado por las mañanas y por la tarde ayuda a su mamá a vender suéteres en el mercado.
Algunos vecinos indicaron que es normal ver durante los días de plaza —miércoles y domingo—, a muchos niños que lustran zapatos y venden cualquier artículo para poder contribuir a la economía de su hogar. Agregaron que cada día se incrementan los casos de niños que son explotados por sus propios padres.
Irsy Petz, del centro Ecuménico de Integración Pastoral de Momostenango, resaltó que las causas del trabajo infantil son la pobreza y el abandono de los niños.
“Trabajamos con la junta municipal de la niñez para promover programas de salud y educación para familias de escasos recursos”, expuso Petz.