Hungría, el principal país de tránsito hacia Europa occidental y por el que han pasado 200 mil personas en lo que va de año, decidió el martes cerrar sus fronteras, obligando a los migrantes a buscar rutas alternativas.
La Policía de Tovarnik, en el este de Croacia, confirmó esta mañana la llegada de al menos 181 migrantes que venían de Serbia.
Periodistas de la AFP vieron a un grupo de entre 30 y 40 hombres mujeres y niños, en su mayoría sirios y afganos, que venían de la ciudad serbia de Sid y cruzaron la frontera por este paso. “Hungría ha cerrado su fronteras, por eso hemos venido a Croacia, no tenemos elección” , explicó uno de ellos, Waqar, un paquistaní de 26 años.
Los migrantes fueron interceptados por la policía croata después de haber cruzado la “frontera verde” (a través del campo) y fueron llevados a Tovarnik para ser registrados y recibir cuidados.
La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar, convocó un consejo de seguridad nacional para hablar de la crisis migratoria mientras que el primer ministro Zoran Milanovic aseguró que su país no impedirá su paso.
Un poco más al este, la policía húngara indicó que sólo 367 personas entraron ilegalmente en el país este miércoles, una cifra mucho menor a las que se registraban antes del cierre de fronteras.
Además de construir vallas en sus fronteras con Serbia y Rumanía, el gobierno del conservador Viktor Orban aprobó el martes una nueva legislación que condena a hasta cinco años de prisión a los inmigrantes que entren ilegalmente.
El puesto fronterizo de Horgos, el principal punto de paso entre Serbia y Hungría, seguía cerrado este miércoles. Cerca de 200 personas pasaron la noche en en lugar, algunos en tiendas de campaña proporcionadas por organizaciones humanitarias y otros en el suelo, según un periodista de la AFP .
“Espero que los húngaros abrirán la frontera. Tengo miedo de quedarme bloqueado en Croacia. Quiero ir a Europa occidental. No quiero quedarme en Croacia o Eslovenia porque no conozco estos países” , explica Racha, un profesor de inglés de Damasco de 25 años que viaja con su hija de 5.
– Ruta terrestre hacia Grecia –
En Turquia, los refugiados, en su mayoría sirios, siguen intentado llegar a Grecia pero buscan rutas terrestres para no arriesgarse a morir en el mar en embarcaciones frágiles.
Centenares de personas llegaron el martes a la estación de autobuses de Estambul con la esperanza de llegar a Edirne, una ciudad de noroeste de Turquía junto a la frontera griega, donde cerca de mil refugiados espera poder cruzar.
Otros decidieron ir a pie con sus hijos y sus mochilas para recorrer los 250 kilómetros que separan Estambul de Edirne.
La determinación de los migrantes que huyen de los conflictos en Siria, Afganistán o Irak ha puesto a prueba a los países europeos, divididos sobre cómo hay que acogerlos. En lo que va de año han llegado cerca de 500.00 migrantes al continente.
Alemania criticó a sus socios de la Unión Europea tras el fracaso de una reunión sobre la cuestión y el martes la canciller alemana Angela Merkel, junto a su homólogo austriaco Werner Faymann, pidió una cumbre extraordinaria.
Eslovaquia también se unió a la propuesta, pero su primer ministro, Robert Fico, advirtió que no aceptará cuotas obligatorias.
El objetivo de Bruselas y Berlín es crear un sistema obligatorio de cuotas para repartirse 120.000 refugiados, algo a lo que son reacios los países del este como Hungría, la República Checa, Polonia, Eslovaquia y Rumanía.
A la espera de esta cumbre, los ministros del Interior de los 28 países de la UE se reunirán el próximo 22 de septiembre en Bruselas.
Desbordada por la llegada de miles de refugiados, que podrían alcanzar un millón de personas en 2015, Alemania anunció el domingo el restablecimiento de los controles en sus fronteras, como también hicieron poco después Austria, Hungría, Eslovaquia y la República Checa.