Explicar el origen de la violencia es difícil, pero es más difícil entender qué tipo de consecuencias tendrá esta en las generaciones venideras. Este es un libro que alberga diversas opiniones y estudios profundos sobre este fenómeno en Latinoamérica. El narcotráfico, la violencia dirigida, las ejecuciones extrajudiciales parecen temas de películas de terror, pero es la realidad que viven, día con día, las sociedades del continente.
El libro La transformación de la violencia en América Latina se presenta el lunes 28, a las 19 horas, en Plaza Fontabella, zona 10. Entrada libre.
Uno de los coautores del libro, Werner Mackenbach, conversó sobre el tema.
¿Cómo surge la propuesta del libro?
El libro es un resultado del congreso internacional La transformación de la violencia en América Latina – dinámicas del cambio de la violencia en la sociedad y en la literatura que se realizó en la Universidad de Potsdam, Alemania, a invitación del Instituto de Letras Románicas de esta misma universidad y del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad/SWP de Berlín, en marzo de 2010. Este congreso reunió a especialistas en el tema de América Latina, Europa y Estados Unidos. Se seleccionaron las mejores ponencias presentadas que fueron profundizadas y reelaboradas para ser publicadas como artículos académicos en forma de libro. Nos pareció importante a los organizadores del congreso y editores del tomo publicarlo en una editorial latinoamericana y por eso estamos muy agradecidos con F&G Editores por haber aceptado este compromiso.
¿Cómo se seleccionan a los participantes?
Se hizo una convocatoria y se invitó a especialistas en el tema. Junto con la excelencia académica un criterio importante de selección de los participantes fue la interdisciplinariedad. Es decir, nuestro interés fue analizar la problemática de la violencia en América Latina desde diferentes perspectivas y disciplinas, como la sociología, las ciencias políticas, la economía, los estudios culturales y la literatura.
¿Qué encontrará el lector en este selecto grupo de investigadores que alberga el libro?
Escriben académicos de diferentes países y varias tradiciones culturales y académicas. Los ensayos reunidos en este tomo ofrecen análisis de múltiples aspectos del fenómeno de la violencia en América Latina en su diversidad y particularmente los procesos de cambio y transformación en las formas y actores de la violencia después del fin de los conflictos armados. Un enfoque principal lo es la región centroamericana.
¿Por qué la violencia es un tema recurrente?
Es obvio que la violencia está omnipresente en la vida cotidiana, sea en los espacios públicos sea en los privados, en América Latina, y muy en especial en las sociedades centroamericanas. No hay una explicación monocausal de este fenómeno, las explicaciones oscilan entre una constante antropológica, las relaciones sociales excluyentes pero también el goce del mal. En el caso de Centroamérica es sumamente notable y preocupante que los índices de violencia no han disminuido con el fin de los conflictos armados, más bien han aumentado. Vivimos una creciente difusión y privatización de la violencia que parte de los ex rebeldes, del crimen organizado o cotidiano.
La violencia ¿cómo afecta a nuestras sociedades, un tema que parece no tener solución?
Una parte central de este proceso de transformación de la violencia es que el monopolio estatal del poder –en la medida en que éste exista en ciertos países– es de nuevo retado y de diferente manera por el crimen organizado; las condiciones de la población son cada vez más precarias a consecuencia de la violencia social difusa que abarca cada vez más ámbitos de la vida; las amenazas que parten del crimen cotidiano fortifican las experiencias negativas de aquellas sociedades que, por haber vivido en carne propia una guerra civil, sienten mucho miedo. Es una problemática sumamente compleja y una política de “mano dura” no podrá resolverla. No habrá solución a corto plazo. Lo que me parece sumamente importante son iniciativas hacia la creación de relaciones de confianza y de formas de convivencia más allá del miedo, a nivel estatal, de comunidades y familiares o interpersonales, en condiciones de una mayor igualdad e inclusión social.
Un tema tan complejo como la violencia, ¿Cómo la asimilan nuestras sociedades?
Una de las consecuencias más visibles y dolorosas es que en las sociedades con alta presencia de la violencia y del crimen organizado se cierran siempre más los espacios públicos donde rige el miedo. La vida social se desarrolla en espacios clausurados y blindados, condominios, malls, instituciones, empresas. Áreas enteras del espacio urbano hoy en día se han convertido en lugares encarcelados. Eso resulta en un mayor debilitamiento de la sociedad civil que –especialmente en América Central– tradicionalmente ha sido muy poco fuerte y presente. Por eso, los acontecimientos recientes en Guatemala me parecen tan importantes; es la población que está reclamando sus derechos y manifestando por un cambio fundamental, superando así el miedo.
¿Latinoamérica se vuelve cada vez más tolerante a la violencia, lo empieza a ver normal?
Sí, hay un proceso de “normalización” de la violencia. Ya la percibimos como algo que es parte indeleble de la vida cotidiana. Tiene que ver también con lo que en varios ensayos el libro se analiza como la construcción social y discursiva de la violencia, a través de los discursos públicos y los medios. Para romper con esas construcciones también son tan importantes las experiencias de solidaridad y de manifestación cívica para hacer imaginable formas de convivencia más pacíficas, a nivel estatal-político, de las comunidades y en las relaciones familiares-personales.
¿Cómo ve Latinoamérica a Guatemala?
No puedo decir cómo ve Latinoamérica a Guatemala, sería una abstracción muy presumida. En Costa Rica donde vivo actualmente se ha percibido Guatemala como un país donde también después de la firma de los acuerdos de paz la violencia ha dominado la vida social y política en todos sus niveles, hasta en las relaciones más privadas. Sin embargo, los recientes acontecimientos nos han mostrado otro lado de la sociedad guatemalteca. Eso nos da mucha ilusión de que se pueda romper el cerco en que una parte de las élites corruptas en colaboración con el crimen organizado ha mantenido toda una sociedad, y además en condiciones de impunidad.