El artista presenta unas 25 obras, algunas de las cuales son réplicas grabadas en piel de grandes pinturas como La sagrada familia, San Lucas, El padre eterno, rostros elaborados originalmente por Leonardo da Vinci, entre otros.
El maestro del pirograbado asegura que el arte ofrece ventajas para quienes adquieren las obras, pues son únicas porque no se pueden repetir, ya que nunca se crean dos piezas iguales. Estas son presentadas en lienzos de piel de cordero, bambú y madera. Además, se pueden combinar con otras técnicas como el óleo y anilinas.
Los visitantes pueden adquirir las obras, y el valor de las artesanías varía según el diseño y el tamaño. Los lienzos más grandes, de 60 por 45 centímetros, cuestan entre Q2 mil y Q4 mil 500.
Caxaj explica que las obras tienen ese precio por ser singulares y que llevan hasta ocho días de trabajo. “Los que más trabajo llevan son los rostros, por los matices que tienen”, expone el artista.
Maritza Moreira, directora del Centro Cultural Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino, expresó: “El trabajo de Caxaj es excepcional. Muchos de nuestros visitantes están maravillados con la exposición, nos motiva a darle un espacio al artista nacional y qué mejor que hacerlo con alguien que trabaja pirograbado en piel, una técnica que no ha sido muy expuesta. Su trabajo merece contar con grandes espacios para que se exhiba, la idea es que quien nos visite observe la calidad del arte que se hace aquí”.
Otras técnicas
Caxaj cuenta que de niño su padre tenía un puesto en un mercado de Antigua Guatemala, y que allí aprendió el oficio, pues le dejaban jugar con el pirógrafo.
Agregó que ha decidido trabajar este arte porque es el legado de su familia.
El artista tiene cerca de siete años de trabajar su arte e indicó que todos los días intenta hacer algo para mejorar su técnica.
Además del pirograbado, Caxaj maneja óleo, acuarela y acrílico. También restaura obras antiguas o dañadas.
La fotografía y la danza son otras dos expresiones artísticas que Caxaj utiliza y siempre ha manifestado su deseo de enseñar pirograbado a quienes estén interesados, y así dar paso a nuevas generaciones de artistas antigüenos.