Higginbottom, que ocupa el cargo de subsecretaria de Estado para gestión y recursos, inició este martes un viaje por Honduras, El Salvador y Guatemala, con el objetivo de hablar con representantes de esos Gobiernos sobre el fortalecimiento de las instituciones y la lucha contra la corrupción.
El pasado martes se reunió con el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, con quien diálogo sobre el fortalecimiento de las instituciones y la lucha contra la corrupción, entre otros temas.
Según había informado el departamento de Estado de Estados Unidos, Higginbottom también aprovechará este viaje para conversar con representantes de la sociedad civil “para enfatizar el valor de unas instituciones públicas transparentes, eficaces y que rindan cuentas” ante los ciudadanos.
La visita servirá para dar seguimiento a las reuniones que han mantenido en el último año y medio altos cargos como el presidente de EE.UU., Barack Obama, el vicepresidente, Joe Biden y el secretario de Estado, John Kerry, con los líderes de los países del triángulo norte de Centroamérica.
Alianza para la prosperidad
Implementar el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte en Guatemala requiere de US$7 mil 900 millones —unos Q60 mil 514 millones— para cinco años, una cifra que, después de meses de especulación, fue brindada por los responsables de la gigantesca hoja de ruta que busca frenar la emigración hacia EE. UU. en julio pasado.
Aunque no es oficial, la visita de Higginbottom podría estar enmarcada en el plan para la Alianza para la Prosperidad, el cual coincide con los acercamientos con los tres países del triángulo norte.
Ese plan fue elaborado por los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras, con el acompañamiento técnico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la búsqueda de desarrollar proyectos que hagan que las poblaciones se queden en sus países, y en respuesta a la ola de menores no acompañados que llegaban ilegalmente a la frontera sur de Estados Unidos.
En total son US$22 mil millones para ejecutarlos en los tres países. De los US$7 mil 900 millones en Guatemala se han establecido US$5 mil 400 millones —unos Q41 mil 364 millones— como “aporte nacional” —el Estado— y US$2 mil 500 millones —unos Q19 mil 150 millones— del renglón “adicional” —cooperantes—, de acuerdo con los responsables de elaborar el Plan. Con montos un poco menores en Honduras y El Salvador, el Plan costaría en el Triángulo Norte US$22 mil millones. Esos cálculos preliminares son para cinco años —del 2016 al 2020—.