El momento es ahora
Solamente unidos lograremos dar un giro favorable al futuro de nuestros niños menores de 6 años.
Vale la pena insistir en el tema. Es preocupante sobre todo en lo que se considera la primera infancia, comprendida entre los 0 y los 6 años, que tradicionalmente ha sido desatendida por la familia y las entidades públicas y privadas.
Estudios recientes indican que es el período más importante de la formación del niño, tanto física como socioemocional. Por ello, la atención a la primera infancia está cobrando una importancia sin precedentes.
Quienes alguna vez ejercimos la noble y creadora misión de maestro, sabemos a conciencia que el problema de la educación es fundamental en el desarrollo de los pueblos, en el combate a la pobreza, la violencia y la desigualdad. La energía de la educación no es un tema que se pueda postergar, ni detener.
Recientemente, las Naciones Unidas publicó su nueva Agenda de Desarrollo Sostenible, que incluye 17 objetivos y 168 metas. Impulsa y prioriza estrategias para abordar los retos que se tengan en la primera infancia. La atención que se debe dar a esta etapa del niño es crucial, porque determina en gran medida su desarrollo físico. El cerebro se desarrolla en este período de la vida.
Por otro lado, existe suficiente información que el acceso y la calidad de educación inicial (de 0 a 3 años) y preprimaria tiene efectos positivos en la trayectoria educativa y la calidad de vida del niño.
En Guatemala hay muchos retos. Será un desafío importante para cumplir con las metas de esta agenda para 2030 porque se carecen de estrategias para abordar este tema y el de desnutrición.
¿Qué hacer? Consulté oportunamente con organismos que trabajan proyectos de salud y de educación y la propuestas son claras y contundentes. Según el Fondo Unido de Guatemala, que recientemente lanzó su firme propósito con la primera infancia, esta se debe priorizar dándole sentido de urgencia. En salud, hay que garantizar acceso a la vacunación y capacitar a la madre para cambiar los hábitos de nutrición en el hogar. En educación, incrementar la oferta en educación primaria, construyendo más escuelas en comunidades rurales y focalizando esfuerzos en comunidades más pobres.
Lo más importante es trabajar unidos. El sector privado juega un rol crítico, pues debe sumarse a este objetivo estratégico de la primera infancia. Solo unidos lograremos dar un giro al futuro de los niños menores de 6 años. Mañana ya es demasiado tarde.
rina.montalvo@gmail.com