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Los investigadores de la Digi reiteran que se tiene un crecimiento desordenado de los poblados y es evidente la construcción inadecuada de viviendas, principalmente en municipios del altiplano.
Cinco problemas de vivienda que debe resolver Guatemala para reducir el déficit
Muestra
Los estudios se enfocaron en 48 viviendas de San Antonio Palopó, Santiago Atitlán y la cabecera de Sololá, así como en Chimaltenango, Asunción Mita, Jutiapa; Santa Cruz Verapaz; Alta Verapaz; Gualán, Zacapa; El Progreso y Villa Nueva, Guatemala.
En estos lugares, según los investigadores, se han construido viviendas sin acompañamiento calificado y en áreas propensas a inundaciones, deslizamientos, correntadas y fallas geológicas.
Hallazgos
Durante el estudio se determinó que algunas de las viviendas están construidas sobre suelo arcilloso o medianamente arcilloso, (no apto para construir por su textura arenosa), otras muestran grietas en los muros y en el suelo. El 70 por ciento de las viviendas evaluadas utilizan materiales de baja o mediana calidad; además, tienen baja seguridad estructural y las de dos pisos tienen deficiencias en la alineación de muros.
De acuerdo con los resultados de los casos de estudio, el 20 por ciento de las viviendas se encuentran en “alto riesgo por su ubicación en el terreno o inadecuados sistemas constructivos”.
Los investigadores reiteran que desde el terremoto de 1976 desaparecieron poblados enteros que cambiaron la fisionomía del área, lo cual provocó un desorden territorial y la migración del área rural a centros urbanos.
“El crecimiento más acelerado en la construcción de viviendas se ha dado principalmente en municipios del altiplano que al contar con servicios de agua y electricidad motiva a sus habitantes a realizar construcciones que son un reflejo de la poca o escasa experiencia en la construcción. Sin asistencia técnica se ha propiciado la construcción de vulnerabilidades en edificaciones en áreas propensas a inundaciones, deslizamientos, correntadas de agua y fallas geológicas”, cita el estudio.
Como ejemplo de esas “vulnerabilidades”, los investigadores mencionan las viviendas de cinco pisos que se observan a lo largo de las carreteras que conducen a Barillas, Soloma y Santa Eulalia, Huehuetenango. También en Tacaná, San Pedro Sacatepéquez y Malacatán, San Marcos y en Salcajá, Quetzaltenango.
Traslado
El informe refiere que después de la tormenta “Stan” se reubicó a más de 10 mil familias en nuevos centros urbanos; sin embargo, la construcción de nuevas viviendas en todo el país por los propios pobladores y sin asistencia técnica ha constituido soluciones “riesgosas”.
¿Qué se tiene que hacer?
Los encargados del estudio recomiendan medidas urgentes de manera inmediata, ya que los niveles actuales de seguridad de la vivienda no son suficientes para proteger la vida de los habitantes durante y después de un desastre natural.
Se requieren medidas necesarias en el corto plazo, ya que los niveles actuales de seguridad de la vivienda pueden poner en riesgo a los habitantes durante y después de un desastre natural.
Aunque es probable que la vivienda solo tenga daños menores, en caso de desastres se recomienda continuar con medidas para mejorar la capacidad de respuesta y ejecutar medidas preventivas en el mediano y largo plazo para mejorar el nivel de seguridad.
En datos:
- La poca prevención en la construcción de viviendas ha contribuido a que durante desastres naturales existan más personas afectadas.
- El Terremoto de 1976 provocó 23 mil muertos.
- El Huracán “Mitch”, en 1998, provocó 368 muertos.
- La tormenta “Stan”, en el 2005, causó 669 muertos.
- Solamente una de cada cuatro viviendas evaluadas tiene un índice de seguridad alto, una de cada tres casas evaluadas muestra grietas en muros que las sitúan con bajo grado de seguridad.
- La mitad de las viviendas mantienen una relación de largo y ancho adecuado
- Un 30 por ciento de las viviendas evaluadas tiene algún problema de columnas cortas que las coloca con baja seguridad estructural.
- Se estima que para el 2040 la población total de Guatemala será de entre 25 millones y 30 millones de personas.
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