“Por razones de competencia no es posible confirmar los tiempos en los que esto puede ocurrir”, dijo Serrano en unas declaraciones por correo electrónico.
El directivo de PMI señaló que “en América Latina, como en otras áreas del mundo, la dinámica reciente del mercado de los cigarrillos electrónicos demuestra que los fumadores adultos están interesados en probar productos alternativos o que puedan tener el potencial de ser menos nocivos”.
No es un cigarrillo electrónico
Es un dispositivo con una unidad con forma de bolígrafo en la cual se calienta los cigarrillos a 250 grados centígrados, a diferencia de los 800 grados de un cigarrillo convencional, evitando así la combustión y la producción de humo y ceniza.
El calentador funciona con una batería recargable y los cigarrillos, llamados comercialmente “heatsitcks”, son más cortos que los normales, pero están hechos con tabaco, papel y filtro y se fuman como los otros.
Desde 2008 hasta la fecha PMI ha invertido más de 2.000 millones de dólares y contratado a más de 300 científicos e ingenieros altamente calificados para “desarrollar y evaluar productos potencialmente menos nocivos” que los cigarrillos tradicionales.
El primer resultado comercial es iQOS, que fue sometido a pruebas piloto en Nagoya (Japón) y Milán (Italia) y de acuerdo a declaraciones recientes de PMI a inversionistas, pronto se venderá en otras ciudades de Italia, así como en Lisboa, Bucarest y Moscú.
En Italia y Suiza los “heatsticks” ya son comercializados bajo la marca Marlboro.
Según PMI, los resultados de sus investigaciones indican que el número de compuestos que se producen con el calentamiento es entre un 90 % y un 95 % inferior al del humo de un cigarrillo y los análisis clínicos van en la misma dirección.
Sin embargo, Francisco Yul Dorado, director de la ONG Corporate Accountability International para América Latina, que entre otras causas defiende la del antitabaquismo, no cree que PMI vaya a tener éxito con iQOS, que a su juicio es un producto que lo que “finalmente vende es nicotina y su poder adictivo”.
“Tenemos la seguridad de que Iqos es otra apuesta comercial de PMI condenada al fracaso, más cuando tiene el reto de lograr que las autoridades sanitarias certifiquen que es un 90 % menos dañino que el cigarrillo tradicional”, señaló a Efe.
El Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS hasta ahora ha mostrado cautela ante las alternativas a los productos tradicionales de la industria tabacalera.
En 2014 las partes del Convenio reconocieron la necesidad de regular los llamados dispositivos electrónicos, tanto los que contienen nicotina como los que no, en línea con las políticas que rigen para los otros productos del tabaco.
Los defensores del cigarrillo electrónico lo presentan como una alternativa al tabaco tradicional para fumar con menos riesgos para la salud o como terapia de reemplazo para dejar de fumar, o simplemente como la herramienta para poder “fumar” en lugares donde está prohibido el cigarrillo.
Sus detractores afirman que provoca dependencia a la nicotina y problemas cardiovasculares y respiratorios similares al tabaco, que su eficacia como tratamiento contra el tabaquismo está sin demostrar y que el vapor puede perjudicar también a las personas del entorno.
Además, alegan que puede servir de vía de entrada al tabaquismo para los jóvenes.
Según dijo Serrano a Efe, “desarrollar productos potencialmente menos nocivos” que los cigarrillos ya no es una “ilusión”, sino “una posibilidad concreta” gracias a la ciencia y la tecnología y aseveró que además para PMI hacerlo es una “prioridad”.
No obstante, indicó que “para que estos productos puedan traer un beneficio de salud pública, se debe demostrar no sólo que los mismos tienen el potencial de reducir el daño, sino también, que los fumadores están dispuestos a cambiarse a ellos por satisfacer sus expectativas y necesidades”.
En América Latina más de 370 mil personas mueren al año debido a enfermedades causadas por el consumo de tabaco y más del 80 % de los fumadores actuales comenzó a fumar antes de los 18 años, según organizaciones no gubernamentales.