MACROSCOPIO
Todo va a la cloaca
En 1996 fui invitado por el Reino de Noruega a visitar la bella y ordenada Ciudad de Oslo. Allí me recibieron con los honores que el protocolo les obligaba, en mi calidad de Presidente de la cúpula empresarial en aquellos años. No quiero entrar en detalles de las acusaciones que las ONG que apoyaban a la guerrilla me hicieron. Mi pecado era estar denunciando el Impuesto de Guerra, que ellos estaba convencidos de que era voluntario; allí les demostré cómo voluntariamente por la espalda fue asesinado un finquero en la bocacosta, sorprendidos por el engaño de que habían sido objeto; se convencieron de la mentira de los comandantes. Aceptando las pruebas irrefutables y calmados los ánimo, seguimos en una charla casi unilateral, y quiero resaltar lo que me aseguraron se les daría al firmar la paz a los subversivos, varios millones de dólares anuales, para tener un balance, contrapeso a los partidos que según ellos financiaba la oligarquía. El interlocutor fue el presidente del Comité Nobel, quien fue quien decidió otorgar el Premio Nobel de la Paz a una guatemalteca, que por cierto fracasó en las urnas, ante la sorpresa de los nórdicos, que por cierto dejan Guatemala retirando su misión diplomática, pero hay que resaltar que no es la embajada la que financia, son las ONG como Diakonea y OXFAM, que de plano seguirán recibiendo plata, que por ley esos gobiernos tienen que aportar.
Por años esa cooperación subsiste, el objetivo era y es que la izquierda radical gane las elecciones; se sumaron varios países nórdicos, y otros que, dependiendo de la tendencia de sus gobernantes, estarían de acuerdo con seguir en ocasiones ayudando a grupos beligerantes que seguían deteniendo el desarrollo del país. Por supuesto, esa cooperación nunca llegó a ser para el desarrollo de los pueblos, se centró en tratar de romper el orden, ya que los fracasos electorales se sucedían para los guerrilleros y sus comparsas, año tras año electoral.
Cientos de comunidades hubiesen necesitado esos millones para proyectos de riego, infraestructura carretera, sanear ríos y lagos; hidroeléctricas, capacitación, semillas mejoradas, salud, educación y muchas otras necesidades; pero no, se concentraron en financiar movilizaciones, pagar viajes a Ginebra, Bruselas, La Haya, de grupos denunciantes, que llegaron al colmo de decir que una fábrica que aun no tenía la primera piedra y estaba dañando el ambiente.
Desgraciadamente nuestros gobiernos fueron complacientes y la cooperación internacional no fue planificada y regulada; sencillamente instituciones como la Secretaría de Planificación Económica -Segeplán-, que casi siempre fue manejada por gente de oenegés, afines a la izquierda, dejaron hacer los que se les dio la gana.
Hoy nos preguntamos: ¿Cuántos millones se dilapidaron para mantener el fracasado proyecto político de la izquierda? ¿Dónde están los beneficios de la cooperación? ¿A qué bolsillos fueron a parar esos fondos? Definitivamente pararon en manos de quienes los recibieron, pues estamos seguros de que el pueblo necesitado los estará esperando.
Como nos hubiera gustado que noruegos, suecos, finlandeses, daneses, hubieran invertido en capacitación tecnológica, en vez de detener con su dinero el desarrollo, que al igual que la guerrilla detuvo por 36 años el progreso del país.
Quisiéramos ver a tan solo a una ONG denunciar el mal uso y el despilfarro de la inútil cooperación internacional, especialmente la europea y más aún el daño que han causado. Todo va a la cloaca.
hupretij@yahoo.com