Se trata, dijo, de una “meta muy ambiciosa” , que demuestra el compromiso del gigante sudamericano con las tentativas de limitar el calentamiento global a un máximo de 2º respecto a los niveles de la era preindustrial.
Rousseff también reiteró la promesa de reducir a cero la deforestación ilegal de la Amazonía, aunque la tala ilegal se haya incrementado en un 16% en 2014, según datos oficiales.
En su discurso ante los 150 mandatarios que participaron en la sesión inaugural de la Conferencia, Rousseff puso de relieve la difícil situación que atraviesa su país.
“Hemos enfrentado lluvias, inundaciones. El fenómeno El Niño nos ha golpeado con fuerza” y “la acción irresponsable de una empresa provocó el mayor desastre ambiental de la historia de Brasil en la cuenca hidrográfica del Rio Doce” , indicó.
La presidenta se refería a la ruptura el 5 de noviembre de un embalse de desechos mineros cerca de la histórica ciudad de Mariana, que desató un tsunami de lodo que enterró el pueblo de Bento Rodrigues, con un saldo de 13 muertos y una decena de desaparecidos.
El torrente de lodo y desechos mineros recorrió más de 650 km por el lecho del río, a través de los estados de Minas Gerais y Espirito Santo, hasta desembocar en el océano Atlántico, donde también está causando daños ambientales.
A su paso, mató a miles de animales, arrasó zonas de selva tropical protegida y dejó sin agua a 280.000 personas.
“Estamos reaccionando al desastre con medidas de reducción de daños, de apoyo a las poblaciones afectadas (…) y castigando con severidad a los responsables de esa tragedia” , dijo Rousseff.
Brasil anunció el viernes pasado que presentará una demanda judicial contra la minera Samarco y sus propietarias Vale y BHP Billiton por 5.200 millones de dólares, para indemnizar a las víctimas de la catástrofe.