¡Bienvenida, Navidad!
Empezamos ya el último mes del año viviendo la época de Adviento, llenos de emoción, sueños y esperanzas. Dentro de todos estos sentimientos que anidan en cada corazón, algo más profundo nos sacude por dentro, algo sobrenatural —que a pesar de ser tan íntimo y sublime—, queremos compartirlo con el mundo: Es el toque del espíritu.
Oportuno es entonces, que iniciemos la fiesta de Navidad dando gracias a Dios con oraciones sentidas, como esta: Gracias, Señor, por el trabajo, las inquietudes y las dificultades, por todo lo que me acercó a ti Señor. Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado casa, abrigo, salud, sustento, amor y protección.
Sí, esta es la oración más sencilla que sale de los corazones más humildes, porque es lo fundamental en nuestra vida, no debiéramos pedir más. Aunque no todas las personas reconocen que todo lo que son y todo lo que tienen viene de lo alto, y se olvidan de darle gracias al Señor cada día. Algunos no lo hacen nunca porque no hay amor y gratitud en su corazón, y porque su ego les hace creer que lo que son y lo que tienen, es por sus propios medios.
Pero que lindo es decirle día a día al Señor ¡Gracias! Con estas palabras que suenan a poesía: Gracias por la sonrisa y la mano amiga; por el amor, por las flores, por las estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas.}
Pienso que hablar, escribir y compartir nuestra vida espiritual es un derecho humano. Siempre y cuando demos un buen testimonio y que nuestros sentimientos sean auténticos. Esto es lo que se conoce como conciencia religiosa que respeta principios éticos y que nos obliga a tratar a nuestros hermanos como quisiéramos que nos trataran a nosotros mismos.
En otras ocasiones he compartido esta cita del doctor Frank S. Caprio respecto de temas psicológicos, sociales y espirituales, porque nos deja una enseñanza de vida: “La persona que tienen conciencia religiosa, posee un alma saludable y no es un individuo materialista, ni un idealista fanático. No vive en una torre de marfil”.
En todo el mundo miles de mujeres buscan un asidero espiritual en el Ministerio de Mujeres Cristianas Aglow Internacional. En Guatemala está integrado por más de 24 grupos y existe en más de 170 países.
Aglow es un ministerio de misericordia, basado en estudios bíblicos y labor social. Lo preside Cony de Morales, conocida oradora internacional guatemalteca, integrada a un gran equipo de mujeres valiosas que sirven al Señor con una entrega total.
rina.montalvo@gmail.com