De acuerdo con Morán, en noviembre y diciembre aparecen más casos de resfriado común e influenza, pero hay que tener mucho cuidado para no confundir los síntomas.
El primero afecta las vías superiores —garganta, boca y nariz— y dura entre tres y cinco días. La influenza además daña las vías inferiores —tráquea, bronquios y pulmones— y hay que tratarla con fármacos específicos, de lo contrario puede desencadenar bronquitis o neumonía.
¡Alerta!
Aunque cada vez es más común, Morán dijo que automedicarse es peligroso porque el virus o bacteria puede crear resistencia a los fármacos o solo se tratan los síntomas, pero no la enfermedad de fondo.
Es fundamental llevar una dieta balanceada y rica en frutas y verduras, ya que aportan nutrientes que fortalecen las defensas del organismo. “También podemos optar por la vacuna que previene la influenza, la cual es efectiva para niños, adultos y personas de la tercera edad”, enfatizó Morán.
Según el alergólogo, Guatemala es un país con un clima tropical, por lo que esta inyección puede aplicarse en cualquier época del año, aunque se recomienda entre septiembre y noviembre. “Lo importante es tomar en cuenta que esta vacuna cambia cada año en los meses mencionados ya que se actualiza para proteger contra nuevas cepas de virus”, explicó Morán.
Recomendaciones
- Evitar lugares encerrados o sin ventilación natural, ya que esto facilita la transmisión de virus.
- Si un integrante de la familia tiene síntomas de resfriado o gripe, hay que aislarlo parcialmente y evitar compartir utensilios de cocina.
- La alimentación e hidratación es fundamental para fortalecer el sistema inmunitario.
- Consumir frutas críticas —naranja, lima y mandarina—, kiwi, chile pimiento, cebolla y hojas verdes y tomar dos litros de agua al día.
- Lavarse las manos con agua y jabón antes de comer, después de ir al baño y luego de tocar objetos de uso público (puertas y ventanas).
Especial atención
- Los niños necesitan que sus padres reaccionen de inmediato ante cualquier síntoma.
- Debido a que el sistema inmunitario de los niños aún está desarrollándose, son más vulnerables ante virus y bacterias.
- Consultar con el pediatra si los pequeños tienen dolor de cabeza, congestión nasal o una temperatura corporal mayor a los 38 grados centígrados.
- Es un error abrigarlos en exceso, ya que esto los puede hacer sudar demasiado y deshidratarlos, pero tampoco es correcto utilizar ropa liviana en época de frío. Hay que encontrar un equilibrio según el ambiente interior o exterior.
- Si son propensos a alergias o tienen asma, el pediatra debe tratar el cuadro clínico completo, no solo el resfriado.
Esta nota fue originalmente publicada en diciembre del 2020 pero fue actualizada en la fecha que ahora se indica al inicio.