Un total de 3 mil 247 adultos, de entre 18 y 30 años, recibieron un seguimiento durante el estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) Psychiatry.
Los investigadores evaluaron sus actividades cognitivas después de 25 años mediante tres pruebas para evaluar su rapidez reflexiva, las funciones de ejecución y su memoria verbal.
“Los participantes con hábitos de vida menos activos, es decir con poca actividad física y mucha televisión, eran más susceptibles a tener malos resultados en las pruebas cognitivas”, subraya el estudio. Sin embargo, la memoria verbal no se vio afectada por una sobredosis de televisión.
Andrew Przybylski, psicólogo de la Universidad de Oxford que no participó en el trabajo, cuestionó el estudio: “En primer lugar, sus datos se basan en una medición hecha por los mismos participantes del tiempo que pasan delante de la televisión, esto puede ser problemático”.
De otro lado, los implicados no efectuaron pruebas cognitivas al inicio del estudio, lo que permitiría tener datos de referencia. Asimismo, “casi uno de cada tres no acudieron al final del estudio” , lo cual debilita las conclusiones del trabajo, lamentó Przybylski.