Los niños desde pequeños deben aprender que es mejor ayudar al necesitado y cooperar, en lugar de agredir, arrebatar o maltratar. “Pero ¡Ojo!, no solo basta con que ellos sepan lo que es la generosidad y en qué consisten los actos bondadosos, si no los practican. Aquí entra en juego la palabra “servicio” y lo que esta conlleva, añade Rosel y explica que la palabra bondad tiene muchos sinónimos, entre ellos, amor, servicio, caridad y solidaridad.
“Ser bondadoso requiere acción a través del servicio y hay muchas maneras de demostrarlo, de hecho, Jesús, es el claro ejemplo de generosidad, porque buscaba al fatigado, al enfermo, al pobre y al solitario para ser benévolo con ellos”, dice el guía espiritual Roberto Mejía.
“Es igual que la fe; Santiago 2: 14-20: cita ‘¿De qué sirve si alguno dice que tiene fe y no hace obras?… Si un hermano o una hermana está desnudo y alguno de vosotros le dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas necesarias para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma’”, añade Mejía.
En el hogar
La formación moral de los alumnos empieza y sigue en casa. No debe pretenderse que en los centros educativos se enseñe esta.
“La única forma en que los niños pueden incorporar lo que implica tener un buen corazón es observando comportamientos que los modelen por parte de las personas que más aman, es decir, sus padres”, señala la educadora familiar y psicóloga Ángela Marulanda en su libro Creciendo con nuestros hijos.
Para enseñarle a los hijos a ser bondadosos primero hay que enseñarles a que sean agradecidos. Quienes tienen gratitud hacia sus familias, o por los juguetes que tienen, por la casa, por la comida, por el colegio, por la ropa, etcétera, serán capaces de desarrollar una mejor empatía y compasión por los demás.
Hacer obras sociales también es educar en bondad y además se fomenta la empatía. Una obra social puede ser recaudar dinero para una buena causa, ofrecer el tiempo para recoger elementos para los más necesitados, recaudar fondos para niños enfermos o encontrar hogares para perros y gatos abandonados.
“Le enseñamos a los hijos a ser buenos cuando para nosotros es más importante dar que recibir, aportar que ganar, servir que ser servido y cosechar satisfacciones que acumular millones”, subraya Marulanda.
¡Ojo!
“A raíz de las crisis de valores que atraviesa la sociedad actual, se ha llegado al extremo de considerar que ser bondadoso es casi una desventaja. Desde que el éxito, la felicidad y el progreso se entiendan en términos de acumular bienes, escalar posiciones y cosechar fama y poder, todo lo que no contribuya a tal fin es considera innecesario. Así, la competitividad, el protagonismo y la agresividad han desplazado a la sencillez, la compasión, la rectitud, la generosidad, la solidaridad y la bondad”, cita Marulanda.
En conclusión, para conseguir que los niños sepan qué es la bondad, el ejemplo es la mejor herramienta. El modelo que le ofrece el adulto le dirá mucho más que mil palabras y su efecto será inmediato y profundo.
Importante
- Acciones para poner en práctica la bondad.
- Enseñar a no dar lo que sobra.
- Servir de compañía a sus abuelos o personas que lo necesitan.
- Colaborar con sus padres en el hogar.
- Cuidar a los animales y a la naturaleza.
- Defender a sus pares cuando vean que hay acciones injustas hacia ellos.
- Cuando se regalan pertenencias a las personas que lo necesitan, familias, asilos u orfelinatos.