El mandatario de la ONU aseguró que muchas empresas han comprendido los riesgos que corren con el calentamiento climático y las oportunidades económicas que abre su combate.
“Empresas e inversores piden un acuerdo fuerte en París, que enviará así una buena señal a los mercados”, señaló.
Ban también mostró la importancia de que las empresas pidan un precio del carbono como herramienta para luchar contra el cambio climático, porque permite “hacer pagar a las emisiones” y “transferir las inversiones hacia las tecnologías verdes”.
En el mismo encuentro, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, destacó las oportunidades económicas que supone “la transición hacia una economía con bajas emisiones” y afirmó que el éxito de la cumbre del clima de París residirá “en la señal que se envíe a los mercados”.
Un cubo Rubik
“Las negociaciones son un cubo Rubik” en el que cualquier cambio implica nuevas posiciones en el resto de temas, explicó Jennifer Morgan, del World Resources Institute.
El objetivo de 2º C está sujeto a debates, puesto que los países más vulnerables, como las pequeñas islas del Pacífico y Caribe, quieren a toda costa un máximo de 1,5º C.
“Estamos trabajando con otros países sobre alguna fórmula que incluya una referencia a los 1,5ºC como parte de una frase más larga y amplia”, reveló el negociador jefe estadounidense, Todd Stern.
La red de defensa del medio ambiente CAN explicó también que el apoyo a la inclusión de un límite de 1,5º C crece, pero “solo se logrará” si se obtiene “un objetivo a largo plazo y un proceso para revisar los compromisos de forma progresiva”.
El objetivo a largo plazo es qué tipo de modelo energético necesita el mundo a mediados de siglo.
Los países Basic, que incluyen a países como India que dependen enormemente del carbón, reconocieron divergencias internas al respecto.
“Les aseguro que lograremos una posición conjunta sobre este tema”, prometió en conferencia de prensa la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Izabella Teixeira.
En cuanto a la financiación a partir de 2020, fecha de entrada en vigor del acuerdo, los países tienen como base un compromiso de los países desarrollados de entregar 100.000 millones de dólares anuales.
Ese dinero es solo la base, no un techo, explicaron los países Basic.
“Los países desarrollados deben implementar sus obligaciones. Los países en desarrollo pueden contribuir, de forma voluntaria, a la cooperación Sur-Sur”, lo que equivale a decir por su cuenta, explicó el enviado especial chino para el cambio climático, Xie Zenhua.
Flexibilidad y transparencia
Los países emergentes piden flexibilidad para poder presentar sus cuentas. Los países ricos replican que es necesaria la transparencia, quién da qué y a quién.
Los países industrializados citan un informe de la OCDE según el cual ya dieron 62.000 millones de dólares para el cambio climático el año pasado.
Ese informe no es precisamente transparente, replican los Basic. “Esas cifras no son correctas”, aseguró el ministro indio, Prakash Javadekar.
“Se pueden mejorar los principios de la ONU [la distinción países desarrollados/en desarrollo] pero [por ahora] deben ser aplicados”, advirtió Xi.