Esos adultos y menores de edad clandestinos serían “detenidos donde sean encontrados e inmediatamente deportados. Se espera que el número (de deportados) se sitúe en las centenas, o tal vez más”, afirmó el diario.
En su mayoría, se trata de personas que poseen antecedentes criminales, o que al ingresar a Estados Unidos presentaron una demanda de refugio pero cuyo pedido fue rechazado por la justicia.
La versión del Washington Post sobre esta operación se conoce apenas dos días después que el DHS anunció las estadísticas oficiales sobre inmigración ilegal en el año fiscal 2015, que muestran claramente un retroceso en el número de detenciones en la frontera al segundo menor nivel desde 1972.
De acuerdo con las cifras divulgadas, las detenciones de ciudadanos mexicanos se redujeron en 18% con relación al año fiscal anterior, al tiempo que los casos con ciudadanos provenientes de países de América Central cayeron 68% respecto del 2014.
En tanto, en el año fiscal 2015 el DHS condujo 426 mil 463 “remociones y retornos”, en una referencia a la deportación o expulsión de inmigrantes en situación irregular que acabaran de ingresar al país o que hayan pasado un tiempo viviendo irregularmente en Estados Unidos.
Además, la oficina de Inmigración (ICE) “removió o retornó a 235 mil 413 individuos” a su país de origen, aunque destacó que la absoluta mayoría de ellos eran personas consideradas de “deportación prioritaria”, por tener antecedentes criminales o representar una amenaza para la sociedad.
En el verano boreal del 2013 Estados Unidos vivió una súbita oleada migratoria, con la llegada de miles de niños sin compañía de adultos, la cual conmocionó al país y obligó al gobierno a decretar medidas de emergencia ante un inminente desastre humanitario.
El gobierno centralizó en el DHS todas las tareas de rediseñar su seguridad fronteriza, y con ello los números de la oleada migratoria comenzaron a declinar.