Economía

Mujeres conductoras de mototaxi en auge en Indonesia

En Indonesia, los mototaxis exclusivos para mujeres musulmanas, manejados por conductoras ataviadas con el velo islámico, están ganando cada vez más terreno.

Las mujeres musulmanas se sienten más cómodas con una mujer piloto. (Foto Prensa Libre: malesbanget.com)

Las mujeres musulmanas se sienten más cómodas con una mujer piloto. (Foto Prensa Libre: malesbanget.com)

Este nuevo servicio, propuesto por la start-up Ojek Syari, se dirige al creciente número de mujeres que, en virtud de una interpretación estricta del islam, rechazan cualquier contacto con una persona del sexo opuesto, a excepción de su pareja. Indonesia es además el país con mayor población musulmana del mundo.

    Muchas compañías de taxi de dos ruedas, que conectan a pasajeros y conductores a través de aplicaciones de telefonía móvil, han aparecido en los últimos dos años en este archipiélago del sureste de Asia, especialmente en la capital, Yakarta, una de las ciudades con más atascos del mundo.

    Estas empresas emergentes, que se inspiran en gran parte del modelo Uber, son cada vez más innovadoras y compiten con los tradicionales mototaxis “ojek” , omnipresentes en Yakarta, donde cualquier particular con una motocicleta puede ejercer esta actividad tolerada.

La empresa emergente se presenta también como una compañía ventajosa para sus conductoras, en su mayoría mujeres musulmanas -amas de casa y estudiantes- en busca de ingresos adicionales.

Endang Kartin, ama de casa de 38 años, explica que trabajar a tiempo parcial para Ojesy le permite comprarse maquillaje, dar la paga a sus hijos y ejercer otras actividades como “participar en las oraciones de grupos musulmanes” .


    La compañía Ojek Syari, apodada Ojesy, ofrece un servicio dedicado especialmente a las mujeres musulmanas, para responder a su vez a una exigencia de seguridad y de conformidad a algunas prácticas religiosas en este país de 250 millones de habitantes, en casi un 90% musulmanes.

    “La necesidad de transporte de las mujeres es enorme, especialmente en las grandes ciudades, donde las tasas de criminalidad y de acoso sexual son muy elevadas” , declara Evilita Adriani, cofundadora de Ojesy.

    Las mototaxis de Ojesy cuentan exclusivamente con conductoras tocadas con el velo islámico y vestidos largos, que sólo transportan a mujeres y niños. Sus primeros servicios tuvieron lugar en marzo en Surabaya, segunda metrópolis de Indonesia, antes de extenderse a otras ciudades de la gran isla de Java.

Más cómoda

“Me siento más cómoda si me transporta una mujer musulmana como yo” , explica Nurlaila, ama de casa de Surabaya, que utiliza este servicio para llevar a sus hijos al colegio, una práctica corriente en este país donde es frecuente ver a una familia de tres, cuatro e incluso cinco miembros apretujarse en un dos ruedas.

    Las actividades de Ojesy experimentaron un verdadero auge desde el lanzamiento del servicio con la única motocicleta de Adriani. Nueve meses más tarde, esta empresa emergente cuenta con 350 conductoras.

    Este servicio puede reservarse actualmente por teléfono o a través de la aplicación WhatsApp, pero la start-up desarrolla también su propia aplicación que debería estar lista próximamente.

    Otras compañías de mototaxi para mujeres también han irrumpido en el mercado como LadyJek, cuyas conductoras visten chaqueta y casco rosa, o Sister-Ojek, que comenzó sus actividades a principios de 2015 con un capital de casi 100 euros  (US$110) .

    Las tarifas de mototaxis exclusivamente para mujeres son ligeramente superiores a las otras. Ojesy exige 20 mil rupias  (€1.3) por una distancia de cinco kilómetros y Sister-Ojek, 25 mil rupias  (€1.6) .

    Por motivos de seguridad, las conductoras de LadyJek tienen la posibilidad de activar una alarma ruidosa ante un ataque o si se sienten amenazadas, opción útil sobre todo por la noche.

Los servicios de Sister-Ojek y Ojesy están disponibles únicamente de día. Y esta última no trabaja además en los barrios famosos por la prostitución y la droga, proscritas por el islam.

    La empresa emergente se presenta también como una compañía ventajosa para sus conductoras, en su mayoría mujeres musulmanas -amas de casa y estudiantes- en busca de ingresos adicionales.

    Endang Kartin, ama de casa de 38 años, explica que trabajar a tiempo parcial para Ojesy le permite comprarse maquillaje, dar la paga a sus hijos y ejercer otras actividades como “participar en las oraciones de grupos musulmanes” .

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