El pozo, propiedad de Southern California Gas Co., ha estado arrojando hasta mil 200 toneladas diarias de metano, junto con otros gases. La fuga fue reportada por primera vez en octubre.
La compañía está pagando para reubicar a miles de familias después de que residentes se quejaron de que el hedor les había ocasionado malestar físico. Han reportado hemorragia nasal, náusea y otros malestares.
El condado Los Ángeles y la junta escolar de Los ángeles ya habían declarado la crisis como un estado de emergencia y trasladaron a otro lado a los estudiantes de dos escuelas del barrio.
La medida del gobernador, entre otras, dirige los esfuerzos de agencias de California a detener la fuga de gas, y ordena regulaciones de emergencia para otras instalaciones de almacenamiento de gas en todo el estado.
Brown visitó el lugar de la fuga por primera vez a principios de esta semana. El gobernador se había resistido a solicitudes locales de que declarara un estado de emergencia, ya que quería asegurar que la compañía de gas, y no el estado, se hiciera cargo del costo financiero.