El territorio de lo que hoy es Amatitlán ya existía desde antes de la venida de los Españoles. De acuerdo con la Monografía del Municipio de Amatitlán de Óscar Fajardo Gil, era parte de una extensa región que comprendía Palín, Chinautla y las Petapas habitada por la etnia Poqomam.
Tras varias ubicaciones el 24 de junio de 1549 fue fundada San Juan Amatitlán, por parte de la Orden de Predicadores (dominicos) gracias a la donación que hiciera el Presidente Cerrato a Fray Diego Martìnez de la laguna de Amatitlán.
La Orden Dominica tiene como patrona a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Rosario, por lo tanto desde los primeros años de la nueva población en torno al lago, los frailes a través de la evangelización inculcaron el rezo del rosario y la veneración a la Virgen. La ciudad de Amatitán tiene tres patrones: San Juan Bautista, El Niño Dios y la Virgen del Rosario.
De acuerdo con varios cronistas de la ciudad coinciden en la fecha de ejecución de la imagen de la Virgen del Rosario hacia 1696 al maestro Damián de la Vega. Originalmente la imagen era de talla completa, es decir, tenía talladas las vestiduras y junto con las manos, la cabeza y el niño Jesús formaban una misma unidad escultórica.
La virgen de la bandera
En el año 1906 hubo un intento de derrocar al presidente Manuel Estrada Cabrera y de invasión al país por parte del ejército salvadoreño, por lo que fueron reclutados los diferentes cuerpos militares del país para defender la soberanía. El batallón de Amatitlán formó parte de las milicias que participaron en la batalla denominada “de Regalado” en referencia al general salvadoreño que encabezó la invasión.
Cuenta la leyenda que los soldados divisaron entre el humo de la pólvora en plena batalla la figura de la Virgen quien agitaba una bandera. Al mismo tiempo en el pueblo de Amatitlán era bajada de su camerín la imagen de la Virgen para que estuviera cerca de las esposas y familiares de los combatientes y poder rezar rogativas.
Era el 10 de junio de 1906 cuando la imagen de la Virgen del Rosario fue pasto de las llamas accidentalmente, el incendio amenazaba también con destruir la iglesia parroquial, pero la escultura quedó seriamente dañada. Esto fue interpretado como un mal augurio para los soldados que se encontraban en la guerra.
Los pobladores encargaron de inmediato al afamado escultor Julio Dubois para que restaurara la imagen de la Virgen y recuperara su esplendor primitivo. Ya cuando la milicia de Amatitlán regresó sin novedad al pueblo encontró restaurada a su Patrona, por lo que el 29 de julio de 1906 le fue colocado en su mano derecha un banderín de plata, el cual conserva hasta nuestros días y es un distintitivo de su iconografía.
La fiesta del Lunes
La festividad de la Virgen del Rosario de Amatitlán comienza nueve días antes del primer lunes de Enero, cuando las fiestas son cercanas a este día se celebra el segundo lunes. Los días previos se realizan procesiones que llevan por nombre “Albas”, estas consistían originalmente en que una réplica de la Virgen era llevada por las calles del pueblo al amanecer de cada día. En la actualidad se realizan por la noche para que puedan participar muchas personas. Cada día o “alba” se realiza en intención de una familia o por una intención. La procesión es acompañada de cohetillos, luces y música.
De acuerdo con Fajardo Gil, la tradición de realizar el rezado (procesión) de la Virgen el día lunes tiene su explicación. El día viernes era costumbre tapar el altar mayor para recordar cuando la imagen no estaba, el día sábado arreglaban el altar y lo decoraban ya que la imagen fue entregada un día sábado; el día domingo se realizaba la misa solemne en honor a la Patrona del Pueblo y el día lunes la sacaban en procesión para que impartiera la bendición por las calles donde transita. Esta costumbre aún persiste.
El día principal, el lunes la Virgen es bajada del altar y es expuesta durante la mañana a todos los amatitlanecos para que puedan contemplarla de cerca, esta experiencia es incomparable, ya que pueden apreciarse los detalles escultóricos, joyas y vestiduras bordadas en oro, además de la afable presencia del niño Jesús, que como detalle particular utiliza una cabellera natural peinada a canelones y una gran corona de plata sobredorada.
El rezado inicia a las cuatro de la tarde en medio del júbilo popular y se le queman cohetillos y bombas voladoras, las calles del pueblo se engalanan y escoltan a la virgen elegantes mujeres vestidas de “mengala” con traje de época. Sones y melodías alegres acompañan a la Virgen. Un espectáculo similar puede apreciarse el día 31 de octubre cuando la Virgen vuelve a salir para finalizar el mes del Rosario.
Hitos en la historia de la Virgen
El lunes 6 de enero de 2003, la Virgen del Rosario fue nombrada Alcaldesa Perpetua y Excelsa del Municipio de Amatitlán por el alcalde Erwin Orlando Alfaro Mijangos, imponiéndosele la banda color verde y amarillo distintiva de la Municipalidad.
Al cumplirse el centenario de la restauración de la Virgen del Rosario fue trasladada en 2006 al Centro de Conservación de Bienes Muebles, Cerebiem, del Instituto de Antropología e Historia, Idaeh para que se le realizara un proceso de conservación y restauración.
De acuerdo con la licenciada Aracely Samayoa de Pineda, el día 28 de julio de 2006 la imagen regresó a su pueblo, donde fue recibida con algarabía, En una caravana desde la capital venía la imagen de la virgen acompañada de los bomberos locales. Al llegar al Arco de Piedra, al iniciar el recorrido a su iglesia fue ovacionada con aplausos y cantos.
La imagen de la Virgen del Rosario fue consagrada el 29 de julio de 2006 por Mons. Rodolfo Cardenal Quezada Toruño en una ceremonia solemne en el Templo Parroquial, portaba un ajuar consistente en manto rojo y tunicela blanca ambos de terciopelo y bordados en oro que data del año 1955, dicho traje es conocido popularmente como “el de las manías”. En mayo de 2015 la Cofradía del Rosario celebró 350 años de fundación y la Virgen del Rosario salió en procesión extraordinaria por tal acontecimiento, cabe mencionar que en ese año la imagen salió en procesión tres veces.