Berlín afirmó el miércoles que las diez víctimas mortales eran alemanas. El atentado dejó además 15 heridos, entre ellos una peruana, que será dada de alta en las próximas horas.
Las autoridades turcas han identificado al atacante como un sirio nacido en 1988 que recientemente había ingresado a Turquía y que al parecer tenía vínculos con el EI.
Esa agrupación sin embargo no se ha atribuido el atentado. La prensa turca, incluyendo diarios cercanos al gobierno, identificaron al atacante como Nabil Fadli, nacido en Arabia Saudí. Ala dijo que el atacante no estaba en ninguna lista de gente vigilada por presuntos vínculos con el EI.
El ataque del martes, aunque no fue tan mortífero como dos que se produjeron el año pasado, tuvo un enorme impacto porque afectó directamente el sector turístico, que recauda 30 mil millones de dólares anuales y se vio fuertemente afectado por la reducción brusca de visitantes rusos desde que Turquía derribó un avión de guerra ruso cerca de la frontera con Siria en noviembre.
La peruana herida se encuentra “bien” y podría salir este miércoles o el jueves del hospital, indicó a la AFP el cónsul honorario de Perú en Estambul, Jack Hayim.
Según las autoridades, el ataque fue cometido por un sirio de 28 años que entró en ese país desde Siria y que sería miembro del EI.
Tras el atentado, la Policía lanzó varias redadas en círculos yihadistas, aparentemente sin relación directa con los atentados, y detuvo a nueve personas en Antalya (sud) y Mersin (sur) , entre ellas tres rusos, según la agencia de prensa Dogan.
Sólo el martes fueron detenidos 65 presuntos simpatizantes del EI en Ankara, Esmirna (oeste) , Kilis, Adana, Mersin (sur) y Sanliurfa (suerset) .
El presidente islamoconservador Recep Tayyip Erdogan, acusado de ser indulgente con los yihadistas sirios, decidió finalmente el año pasado participar en la coalición internacional contra el yihadismo y ha arrestado a numerosos presuntos miembros del EI.
Desde entonces ha detenido a presuntos miembros del grupo y asegura haber frustrado varios atentados.
El atentado de Estambul llega tres meses después de otro ataque frente a la estación central de Ankara en el que murieron 103 personas.
Según la prensa turca, el autor del ataque de Estambul, llamado Nabil Faldi y nacido en Arabia Saudita, entró en Turquía como refugiado el 5 de enero y pudo ser identificado rápidamente gracias a sus huellas dactilares registradas por los servicios de inmigración.
En el Vaticano, el papa Francisco condenó el ataque y pidió rezar por las víctimas.
En pleno centro histórico
El kamikaze hizo estallar su cinturón de explosivos el martes por la mañana en pleno centro histórico de Estambul, en el lugar donde se erigía el antiguo hipódromo de Constantinopla, muy cerca de la basílica de Santa Sofía y de la Mezquita Azul que cada año visitan millones de turistas extranjeros.
El primer ministro turco Ahmet Davutoglu visitó este miércoles a los heridos y luego acudió junto a De Maizire al lugar del ataque, donde depositó rosas rojas al pie de un obelisco cercano.
Por la mañana se habían levantado los cordones policiales en el lugar del atentado y volvía a haber turistas.
Varias personas rindieron homenaje a las víctimas depositando rosas rojas al pie del obelisco donde tuvo lugar el atentado.
Turquía vive en estado de alerta permanente desde el doble atentado suicida del 10 de octubre en Ankara, en el que además de los 103 muertos hubo 500 heridos. El ataque iba dirigido contra manifestantes prokurdos reunidos frente a la estación y fue atribuido al EI.
Además, desde el año pasado el país está inmerso en un nuevo conflicto entre las fuerzas de seguridad y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) , rompiéndose el frágil alto el fuego que había durado dos años.
La prensa independiente turca denunció el miércoles la ambigüedad del gobierno y su responsabilidad en los atentados recientes.
“Estamos sentados sobre una bomba de relojería y la única razón de esta situación es esta tolerancia obsesiva con los grupos yihadistas” del gobierno, dijo el periódico Hürriyet.