Guatemala comparte el puesto con seis países que tienen historias de guerra, fragmentación e incluso de reciente formación como: Gambia, Kazajistán, Kyrgyzstan, Líbano, Madagascar y Timor Oriental.
El país se encuentra entre los países que más puntos bajaron; Libia perdió 5 puntos al igual que Brasil, Guatemala 4 puntos y Grecia 3 puntos.
Manfredo Marroquín presidente de Acción Ciudadana que es parte de Transparencia Internacional indicó que el gobierno de Otto Pérez Molina nos hundió como país en este índice.
“Logró lo que nade había logrado en los últimos años y es colocarnos a nivel de región en el segundo país de percepción de corrupción después de Nicaragua y en uno de los cuatro de América Latina, otra vez fuimos de los países que más bajaron en el mundo, pero hay que contrastarlo con algo positivo que fue la protesta ciudadana que contribuyó a que el gobierno de Pérez Molina no terminara su mandato”, dijo Marroquín.
“Los escándalos de Petrobras y el caso La Línea son testimonio de estas tendencias en los dos que más cayeron regionales: Brasil y Guatemala. El reto ahora es hacer frente a las causas subyacentes y reducir la impunidad de la corrupción”, agregó Alejandro Salas, director de Transparencia Internacional para las Américas.
Frente al estancamiento de los últimos años, comienzan a verse movimientos y “novedades”, con millones de personas en las calles de Guatemala, Honduras o Brasil pidiendo que se ponga freno a la corrupción.
El desafío ahora, según Transparencia Internacional, será abordar las causas sistémicas que permiten la corrupción, lo que en la mayoría de los casos exigirá “profundas reformas institucionales”.
El Estado debe garantizar una verdadera reforma, comenzando con la liberación de los poderes judiciales de la influencia política. Además que uno de los principales desafios del nuevo gobierno es construir la política de transparencia.
Las mejores y peores calificaciones
El índice global de 2015 mantiene a Dinamarca como el país más transparente con 91 puntos, mientras que Somalia y Corea del Norte con 8 puntos siguen como los estados con los sectores públicos más corruptos.
En la región latinoamericana, Uruguay sigue a la cabeza como el país más transparente y ocupa el puesto 21 de la tabla, con 74 puntos del máximo de 100, que denotaría la ausencia total de corrupción.
#Guatemala pierde 4 puntos y 8 puestos en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional y @AcGuatemala
— Manuel Hernández (@mhernandez_pl) January 27, 2016
Mientras que Guatemala se ubica en el puesto 22 de América de 26 países, por encima de Nicaragua que tiene 27 puntos, Paraguay con 27, Haití 17 y Venezuela 17.
De la región centroamericana, Costa Rica obtuvo 55 puntos, El Salvador 39, Panamá 39, Honduras 31, Guatemala 28 y Nicaragua 27.
Uruguay ha mejorado un punto y ha ampliado así su distancia frente a Chile, que ha perdido tres puntos, hasta los 70, y se sitúa en el puesto 23 de la tabla.
A partir de ahí se suceden los suspensos y la peor calificación le corresponde a Venezuela, en el puesto 158 de la tabla con sólo 17 puntos, dos menos que en al anterior índice. Comparte puesto con Haití, que sigue su evolución negativa y también pierde dos puntos.
Honduras pierde dos puntos, hasta 31, y aparece en el puesto 112 de la clasificación, mientras que Ecuador, que baja un punto, y Argentina, que pierde dos, comparten el puesto 107 con una nota de 32.
En el puesto 103 se coloca la República Dominicana, que gana un punto y logra 33; en el 99, Bolivia (34 puntos, uno menos que en el anterior estudio); y en el 95, México, que mantiene los 35 puntos.
Perú baja dos puntos, hasta los 36, y se sitúa en el puesto 88 de la tabla, mientras que Colombia se queda con los 37 que tenía en el puesto 83.
Por encima se sitúa Brasil, en el puesto 76 con 38 puntos; y Panamá, que gana dos puntos respecto al anterior índice y comparte con El Salvador la posición 72.
Cuba, en el puesto 56, es el país suspendido más cercano al aprobado, con 47 puntos (uno más que el año pasado), calificación que Salas opinó que puede atribuirse al “autoritarios más vertical” que rige en el país y que “de alguna manera puede llegar también a controlar la corrupción” y a evitar que ese fenómeno se desborde.