La responsable municipal de urbanismo, Janet Sanz, celebró que han conseguido “resolver una anomalía histórica de la ciudad: que una obra emblemática como la Sagrada Familia (…) no tuviera licencia de obras, se estuviera haciendo de forma ilegal”.
El permiso obtenido por la junta constructora de la basílica contempla la finalización del templo en 2026, con una altura máxima de 172 metros y un presupuesto de 374 millones de euros.
La junta encargada de su construcción argumentó que Gaudí solicitó permiso de obra en 1885 al ayuntamiento de Sant Martí, un pueblo ahora absorbido dentro de Barcelona, y nunca recibió respuesta.
En las negociaciones con el ayuntamiento de la izquierdista Ada Colau también se acordó el pasado octubre el pago de 36 millones de euros adicionales al consistorio para contribuir a la mejora del urbanismo, la movilidad y la limpieza del monumento.
Diseñada por el famoso arquitecto catalán Antoni Gaudí, creador también de la Casa Batlló o Park Güell, la Sagrada Familia fue declarada en 2005 Patrimonio Mundial de la Unesco.
Su construcción, financiada únicamente por las donaciones de los fieles y las entradas de los turistas, empezó en 1882 y se prevé que se culmine en 2026, coincidiendo con el centenario del fallecimiento de Gaudí por el atropello de un tranvía.
Es el monumento más visitado de Barcelona, con 4,5 millones de personas en 2017, y uno de los principales atractivos turísticos del país.
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