El TPP fue rubricado por los ministros y representantes de Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Perú, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
El nuevo bloque económico prevé que el proceso de ratificación por los distintos parlamentos nacionales dure unos dos años.
El acuerdo refleja “la confianza en que la apertura y la integración de nuestros mercados e inversiones propiciará la prosperidad de nuestros pueblos”, dijo el primer ministro neozelandés, John Key, durante el acto.
Key destacó que el pacto supone un tercio de las exportaciones mundiales y abarca un mercado de 800 millones de personas, y adelantó que su Gobierno lo presentará al Parlamento el próximo martes para que sea ratificado.
Los países firmantes se mostraron, en la rueda posterior a la firma, dispuestos a que el TPP acepte más miembros en el futuro, como China.
Indonesia y Filipinas han manifestado en los últimos meses su interés por incorporarse a este tratado comercial.
En las calles de Auckland, fuertemente resguardadas por la policía, centenares de personas se manifestaron en contra de este acuerdo comercial de 30 capítulos portando carteles en los que se leen lemas como “si la injusticia es la ley, la rebelión es nuestro deber”.
El TPP ha sido criticado por el secretismo que ha rodeado a las conversaciones, que empezaron en el 2010 y concluyeron el pasado octubre.
Organizaciones No Gubernamentales y centrales sindicales han alertado de la amenaza que representa esta alianza para, entre otros, los derechos laborales, el acceso a medicamentos y el medio ambiente.